Europeo sub_19 | Francia - España
La filosofía de España desafía a la anfitriona
La Sub-19 busca el Europeo ante una Francia muy motivada
A. Gabilondo | 30/07/2010
Los históricos rincones de Caen aún conservan los humeantes recuerdos del Desembarco que cambió el curso de la historia, el de Normandía, en lo que fue el ocaso de la Segunda Guerra Mundial, y en semejante escenario se puede producir esta noche otra conquista de igual mérito, aunque en este caso, futbolística. Los 18 mejores jugadores juveniles españoles se miden a los 18 mejores franceses en un duelo por el mando europeo, cada cual a su estilo, cada uno según las cualidades que brotan en dos países tan diferentes que no parece que sean vecinos.
España presenta para la ocasión una de las mejores generaciones que hayan surgido en los últimos tiempos, similar a la recientemente triunfadora absoluta hasta en el más mínimo detalle, y singularizada por el estilo de toque y toque de sus mediapuntas -Keko, Canales, Thiago y Pacheco-, calco esperanzador de la línea de bajitos que han comandado Iniesta y Xavi hasta el título mundial en Sudáfrica. Ya existe un poso ilusionante al ver el juego que ha sido capaz de practicar el cuadro de Milla, pero en la final le toca demostrar, además, que sus pilares son capaces de aguantar embestidas de otro calibre. Tan importante en la formación de estas promesas es el aspecto del juego, como el de aquello que lo rodea. Eso de parar el partido, hacer una falta cuando es debido, no descoserse en ciertas jugadas, como por ejemplo a balón parado, y matices, en general, que sirven para decantar finales. Eso sí que se aprende y los chicos de Milla, experto en dicha materia cuando era jugador, están hoy ante un examen de bastante exigencia.
Pero la fuerza física que los inmigrantes de sus colonias han impregnado a los franceses, aquello que Luis Aragonés bautizó como condición física de base, sigue siendo un arma muy útil, sobre todo cuando se trata de equipos juveniles y aún sin formar fisiológicamente del todo. Ante semejante reto, la Selección ha encontrado la fórmula con la que salir airoso y siempre triunfante, y esa no es otra que el juego combinativo y de continuos pases, el tiqui-taca. Funciona, desde luego que sí, a la vista están los resultados, aunque en ocasiones como la de hoy resulte un atrevimiento similar al de domar la fiereza de un pitbull al son de una pareja de finos violines.
Más si se tienen en cuenta los precedentes que rodean a esta gran final. Estas dos estupendas generaciones ya se cruzaron en la final Sub-17 de hace dos años, en el Europeo de Turquía, y entonces la Selección goleó sin piedad alguna al cuadro galo (0-4).
De los protagonistas de entonces, 19 se mantienen en primera línea de fuego repartidos en ambas plantillas, diez por Francia y nueve por España, lo que hace posible una revancha de lo más atractiva para el espectador. Es un aliciente más de un choque histórico, toque contra físico, calidad contra potencia, precisión contra empuje, futuro contra futuro. Francia contra España, la Batalla de Normandía se traslada al fútbol juvenil 66 años después.
España presenta para la ocasión una de las mejores generaciones que hayan surgido en los últimos tiempos, similar a la recientemente triunfadora absoluta hasta en el más mínimo detalle, y singularizada por el estilo de toque y toque de sus mediapuntas -Keko, Canales, Thiago y Pacheco-, calco esperanzador de la línea de bajitos que han comandado Iniesta y Xavi hasta el título mundial en Sudáfrica. Ya existe un poso ilusionante al ver el juego que ha sido capaz de practicar el cuadro de Milla, pero en la final le toca demostrar, además, que sus pilares son capaces de aguantar embestidas de otro calibre. Tan importante en la formación de estas promesas es el aspecto del juego, como el de aquello que lo rodea. Eso de parar el partido, hacer una falta cuando es debido, no descoserse en ciertas jugadas, como por ejemplo a balón parado, y matices, en general, que sirven para decantar finales. Eso sí que se aprende y los chicos de Milla, experto en dicha materia cuando era jugador, están hoy ante un examen de bastante exigencia.
Ambiente.
Una de esas duras pruebas, probablemente la principal, será pelear contra el contexto en el que se dibuja la final, disputada en territorio francés y ante 15.000 gargantas locales que apoyarán a los bleuetes como si hubiera algo más que un simple Europeo Sub-19 en juego. Y es que, quizá, sí lo haya. El cruce de estilos es máximo, se mezclarán dos filosofías bien diferentes que irremediablemente conducen al éxito, aunque sea en estos momentos el modelo español el que prime.Pero la fuerza física que los inmigrantes de sus colonias han impregnado a los franceses, aquello que Luis Aragonés bautizó como condición física de base, sigue siendo un arma muy útil, sobre todo cuando se trata de equipos juveniles y aún sin formar fisiológicamente del todo. Ante semejante reto, la Selección ha encontrado la fórmula con la que salir airoso y siempre triunfante, y esa no es otra que el juego combinativo y de continuos pases, el tiqui-taca. Funciona, desde luego que sí, a la vista están los resultados, aunque en ocasiones como la de hoy resulte un atrevimiento similar al de domar la fiereza de un pitbull al son de una pareja de finos violines.
Más si se tienen en cuenta los precedentes que rodean a esta gran final. Estas dos estupendas generaciones ya se cruzaron en la final Sub-17 de hace dos años, en el Europeo de Turquía, y entonces la Selección goleó sin piedad alguna al cuadro galo (0-4).
De los protagonistas de entonces, 19 se mantienen en primera línea de fuego repartidos en ambas plantillas, diez por Francia y nueve por España, lo que hace posible una revancha de lo más atractiva para el espectador. Es un aliciente más de un choque histórico, toque contra físico, calidad contra potencia, precisión contra empuje, futuro contra futuro. Francia contra España, la Batalla de Normandía se traslada al fútbol juvenil 66 años después.
ENTREVISTA | Milla
"Lo importante es cuidar nuestra filosofía de juego"
A. Gabilondo | 30/07/2010
Menudo partidazo. ¿Cómo se plantea la final?
Va a ser un gran partido porque ambos equipos han demostrado que son los mejores, cuentan con jugadores extraordinarios y de mucha calidad. Será muy igualado.¿Está contento por la gran imagen dada hasta ahora?
Sí, por la edad de los jugadores nuestra prioridad es la formación, que cojan experiencia, confianza y que cuiden el estilo de juego. Es una fórmula que se lleva haciendo desde hace mucho tiempo y se han visto los frutos en la absoluta. La mayoría de sus futbolistas pasaron en algún momento por las categorías inferiores y eso nos llena de satisfacción.Francia quiere revancha por lo sucedido en el Europeo Sub-17 de 2008, cuando España le aplastó 0-4. ¿Qué piensa?
Para nosotros llevar esta camiseta es la principal motivación. Saben que no se juega una final de un Europeo todos los días y, por ello, se sienten afortunados. Queremos ser los protagonistas porque tenemos futbolistas importantes, con mucha personalidad y trataremos de llevar el partido a nuestro terreno.ENTREVISTA | Keko
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A. Gabilondo | 30/07/2010