Lo mejor está por llegar

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Analista Deportivo en Medios de Comunicación. Profesor de la Real Federación Andaluza de Fútbol. Analista Deportivo en Real Betis. Asesor Deportivo. Escritor del primer libro internacional sobre "Scouting Deportivo : Metogología, Scouting y Coaching" obra considerada el comienzo de la revolución del analista y del análisis como herramientas imprescindibles para profesionalizar el fútbol modesto. Colaboro con revistas especializadas, programas de radio... Para potenciar el #NetworkingSD fundé La Tertulia 10.

martes, 30 de diciembre de 2008

El Liverpool, la realidad y los prejuicios

La realidad suele tardar en vencer los prejuicios. Durante los últimos años el Liverpool se ha ganado fama de equipo extremadamente táctico, robotizado, defensivo por naturaleza y demasiado pendiente del control remoto de Benítez. Parte de estas críticas respondían a la verdad. El Liverpool no enamoraba. Algunos de sus problemas se manifestaban en la larga distancia de la Liga. No tenía el vuelo, ni la confianza, para asumir el liderazgo del fútbol inglés. Sobre el equipo pesaba otro lastre: el recuerdo del gran Liverpool de los años setenta y ochenta. El actual equipo sufría por comparación. Es el precio que pagan unos pocos clubes por su grandeza. El grado de exigencia sobre el Liverpool sólo encuentra comparación con el último Manchester United, obligado al éxito por dos decenios de continuas satisfacciones.

Sobre el Liverpool de Benitez pesa esta temporada el prejuicio de los ejercicios anteriores. Fabio Capello ha declarado en Italia que es el menos atractivo de los equipos ingleses en la Liga de Campeones. Como el canon futbolístico de Capello es tan sui generis, sus palabras no pueden tomarse como el metro patrón de la estética, pero sus manifestaciones se añaden a la corriente que desestima el juego de Liverpool. Sin embargo, la realidad es diferente. El Liverpool merece el liderato por resultados, juego y ambición.

Desde la llegada de Benítez, nunca ha jugado mejor. Ha atravesado por los mínimos problemas posibles y ha sido superior a todos sus grandes adversarios, incluidos los duelos directos con el Manchester United y el Chelsea. Sólo resbaló frente al disminuido Arsenal, pero sería injusto señalar los defectos leves frente al magnífico perfil del equipo. Sin abandonar su consistencia defensiva, el Liverpool ha regresado a las fuentes de los viejos reds. Juega al ataque a través de un sistema cada vez más elaborado de juego, con una alta posesión de la pelota y con un sistema que recuerda al de España en la Eurocopa. Es un equipo definitivamente atractivo.

Benítez ha actuado con gran inteligencia para rebajar el impacto de la lesión de Torres. Para un equipo que ha buscado desesperadamente un ariete en los últimos años, se suponía que la ausencia del delantero español tendría funestas consecuencias. No ha sido así. Benítez ha descubierto que cinco inteligentes centrocampistas y un honrado delantero pueden hacer maravillas. A través del dinamismo general y el certero movimiento de la pelota, el Liverpool confunde a sus rivales como lo hizo la selección en la Eurocopa. El asunto ha ido tan lejos que Benítez apenas necesita Robbie Keane, discreto delantero fichado por 25 millones de libras. Le basta con Kuyt.

Gran parte del éxito se debe a la nueva ubicación de Gerrard, cada día más cómodo en su papel de centrocampista libre, media punta o segundo delantero. La definición de su puesto es menos importante que su papel. Gerrard se expresa mejor que nunca cuando tiene espacio para correr, sorprender y rematar. Está más cerca de su plenitud cuando se siente un espíritu libre y no un futbolista sometido a las obligaciones tácticas. Por sus características, Gerrard se añade como mediocampista para asociarse y como el mejor delantero para cerrar los ataques. Para los equipos rivales es una pesadilla: no hay manera de detectarle. Cumple en el Liverpool el papel que habitualmente le toca a Cesç en la selección. La fórmula funciona.

Tan importante, o más, que la función de Gerrard es la autoritaria figura de Xabi Alonso en el medio campo. Se ha convertido en el centro de gravedad del equipo. Por primera vez no se siente abrumado por la meticulosa mentalidad de Benítez. Xabi Alonso juega con naturalidad, convicción y poderío. Mueve los hilos del equipo sin que nadie la discuta. Benítez, tampoco. Implícitamente ha reconocido el decisivo papel de Alonso. El técnico que tantas veces dio la nota con las rotaciones ahora apenas mueve a sus mejores jugadores. La alineación se puede recitar de memoria. El equipo lo agradece, especialmente en el medio campo, donde Alonso, Mascherano, Benayoun, Riera y Gerrard, más el joven Lucas Leiva, comienzan a jugar de memoria. A jugar muy bien, aunque el prejuicio permanezca. El Liverpool se ganó fama de equipo aburrido y ahora no lo es. Suele suceder en el fútbol: la realidad va por delante de los tópicos.

sábado, 27 de diciembre de 2008

CONTROL ABSOLUTO EN EL BARCA

Entrenamiento invisible, la clave del 'Pep team'

Seis meses de permanencia en el banquillo han servido para que las dudas y la incertidumbre acerca de su poca inexperiencia se hayan esfumado. Pep Guardiola ha demostrado que tiene las ideas claras, y protagoniza con el Barça el mejor arrranque liguero de la historia del club. Estas son las claves de su éxito.

Entrenamiento invisible, la clave del 'Pep team'
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Josep Guardiola

PERSONAJE - A FONDO

Nacimiento: 18/01/1971

Lugar: España

Fabián Ortiz 26/12/2008

Nutrición: desayunos y comidas con el colectivo

El libro de estilo de Pep Guardiola marca la obligación de presentarse a los entrenamientos una hora antes de que comiencen. Los jugadores desayunan juntos, a base de fruta, cereales y otros alimentos naturales. Lo mismo ocurre con la comida, en especial los días en que hay competición.

Descanso: todos en casa a una hora razonable

Aunque lo niegan, las llamadas a última hora de la noche se han producido, pero más que como medida de control -no se trata de nada detectivesco-, como una manera de asegurar el mejor descanso de los futbolistas. "Es tan importante descansar bien como entrenarse bien", aseguran.

Estilo: posesión, velocidady profundidad

El Barça de Guardiola es siempre protagonista, nunca se le verá yendo a remolque del rival, esperando para contraatacar. La posesión de la pelota es básica (supera el 60 por ciento de media por partido), pero también la velocidad en la transición, y el juego por las bandas hace que se gane en profundidad ofensiva.

Disciplina: la impuntualidad se paga a precio de oro

Cien euros por barba por cada minuto de retraso en el arranque de un entrenamiento. Eso es lo que le costó a toda la plantilla blaugrana la impuntualidad de algunos de sus integrantes; da igual que sean todos los que se retrasen o se trate de uno solo: les toca pagar a todos, para que todos caigan en la cuenta de que el compromiso de puntualidad (o sea, de buena profesionalidad) no es con el cuerpo técnico, sino con el resto de los miembros del grupo.

Estrategia: un ensayo semanal sobre la pizarra

A diferencia de Frank Rijkaard, quien apenas tenía un par de jugadas ensayadas que se repetían hasta el hartazgo, Guardiola presta mucha atención a la estrategia. Así, el Barça ha marcado ya más del doble de goles con base en la pizarra, fruto de un ensayo semanal, justo el mismo día del partido que toque.

Seguimiento: método científico en el régimen de trabajo

Los datos recogidos en los entrenamientos se remiten semanalmente al fisiólogo Esteban Gorostiaga, quien se encarga de analizarlos y, de acuerdo con los médicos, diseñar los planes específicos de preparación. Si conviene que algún jugador descanse, los ordenadores reflejarán esa necesidad.

Preparación: planes individuales para rendir mejor

No es igual la musculatura de Messi que la de Etoo, ni se recupera igual de un esfuerzo Puyol que Henry. Guardiola y sus colaboradores elaboran planes individuales de nutrición y preparación física, destinados a conseguir el mejor rendimiento de cada jugador. Por ahora, les funciona bien.

Participación: no se está quieto durante los partidos

Hay técnicos a los que les parece una teatralización eso de ponerse de pie y gritar órdenes mientras se juega. No es el caso de Guardiola, que difícilmente aguanta sentado más de un minuto durante los partidos. El orden defensivo y algún detalle que pasa inadvertido para el público suelen ser los motivos de su inquietud.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

LOS GESTOS DE DEPORTIVIDAD QUE DEJARON HUELLA EN 2008

Cuando el deporte sale ganando

Por FRAN VILLALOBOS El respeto, la caballerosidad y la consideración hacia el adversario son valores que enaltecen al deporte cuando se ponen en práctica. Este año que termina también nos ha dejado algunos de esos casos de deportividad que merecen ser siempre destacados para que puedan servir de ejemplo en el futuro a otros deportistas.

El espíritu olímpico resucitó en los Juegos de Pekín con el abrazo que se dieron la rusa Natalia Paderina y la georgiana Nino Salukvadze en el podio de tiro con pistola de aire a 10 metros. En esas fechas, sus países estaban en guerra pero ellas decidieron colaborar por la paz con un gesto cargado de simbolismo. "Yo gané muchos amigos gracias al deporte, no sólo en Rusia sino también en muchos otros países. Nino compitió para la Unión Soviética durante muchos años. Somos amigas y nuestro abrazo debería mostrar a los políticos que pueden aprender del deporte", declaró Paderina.

"La competición fue una victoria para el deporte porque el deporte significa amistad. Tuvimos muchas grandes guerras en el siglo XX y lo que necesitamos es paz. Es algo que los políticos podrían aprender del deporte", sentenció Salukvadze. Ganaron la medalla de plata y de bronce, respectivamente, pero sus palabras a favor de la deportividad merecieron un oro.


Buenos detalles en España

En España, también hemos sido protagonistas de bonitos gestos de deportividad durante 2008. Uno de ellos lo protagonizó el Fútbol Club Barcelona en reconocimiento al Real Madrid dedicándole el pasillo de honor que todo campeón merece, por muy enemigo eterno que sea.

El público del Santiago Bernabéu también demostró categoría cuando dedicó un gran aplauso al italiano Alessandro Del Piero mientras se retiraba a los vestuarios. El italiano había marcado los dos goles que dieron el triunfo a la Juventus ante el Real Madrid. La Champions League también fue escenario de otro gran momento cuando los aficionados de Atlético y Liverpool confraternizaron en la grada del Vicente Calderón al término del partido intercambiándose bufandas y camisetas mientras cantaban a la par.

En tenis, la lección de deportividad la dio Feliciano López y el resto de integrantes del equipo español de Copa Davis cuando cantaron ‘Argentina, Argentina’ después de proclamarse campeones Mar del Plata para enterrar la polémica que había surgido tras las desafortunadas declaraciones de Juan Martín Del Potro sobre Nadal y las tensiones que hubo con la actitud del público durante la final.

El ejemplo de los más pequeños

Probablemente, el gesto de deportividad más bonito del año sucedió durante un partido de alevines disputado en Cataluña entre el Roses y la Fundación Sánchez Libre. El equipo visitante sólo contaba con diez jugadores y tuvo que alinear a un crío de 6 años, hermano de uno de los jugadores. Cuentan las crónicas de quienes presenciaron el partido que el pequeño se esforzó para estar a la altura de sus compañeros, pero cinco años de diferencia de edad eran demasiados.

Conscientes de la ilusión que le haría marcar un gol a Robert, ambos equipos se compincharon en un acto de generosidad que difícilmente olvidará el pequeño protagonista de esta historia. Sus compañeros le cedieron el balón y los rivales empezaron a caer al suelo sin quitarle el balón hasta que llegó solo a la portería y batió al portero. Todos, compañeros y rivales, celebraron el gol con Robert, un niño de seis años para quien lo importante no era ganar, empatar o perder, sino participar.

En las categorías inferiores es muy importante que los adultos den ejemplo a los niños, no al revés. Lo sabe bien Víctor Cabezón, entrenador del infantil del Club Deportivo Torremoya de Málaga, que este año tuvo un gesto que le honra ante La Cala. Su rival había acudido al partido sólo con once jugadores y se quedó con diez tras la lesión de uno de ellos. Sin dudarlo dos veces, retiró a uno de sus jugadores del terreno de juego para competir en igualdad numérica. El técnico del Torremoya no quería que una goleada escandalosa hiciese perder la ilusión por el fútbol a chavales de 12 y 13 años que sólo quieren divertirse un rato. También es importante saber ganar.

sábado, 13 de diciembre de 2008

VÍCTOR VALDÉS E IKER CASILLAS, EL DUELO DE LAS PORTERÍAS

El guardián recobrado y el héroe discutido

Valdés lamenta el noveno y último gol encajado en la Liga, frente al Getafe. (Foto: EFE)
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Valdés lamenta el noveno y último gol encajado en la Liga, frente al Getafe. (Foto: EFE)

BARCELONA.- Ser portero no tiene escala de grises. Las cosas son blancas o negras. "Es la parada y la ovación; o es el error y la decepción... O incluso el abucheo", ha confesado Juan Carlos Unzué, entrenador de porteros azulgrana. En lo que llevamos de competición, Víctor Valdés ha vivido perfectamente las dos facetas de un puesto tan exigente. Cuestionado en los inicios del campeonato, se ha consolidado como el meta menos goleado de Primera División en las últimas semanas.

Dos equipos tan peligrosos a priori como el Sevilla y el Valencia se han marchado de vacío ante el conjunto que entrena Pep Guardiola. El técnico no tiene dudas. Valdés es el titular. Indiscutible. Así lo reiteró cuando las aguas bajaban turbias.

La gran labor defensiva que está llevando a cabo el equipo, desde luego, le ha servido de mucha ayuda. También, el factor suerte, algo tan importante para un portero. En el inicio del campeonato, cada llegada era casi gol. Incontestable. Ahora, la fortuna se ha aliado otra vez con el de L’Hospitalet. La fortuna, y unas condiciones fuera de toda duda. "Sus cualidades físicas son espectaculares", señala Albert Jorquera, compañero y rival a la vez en la meta azulgrana.

Lo más importante, no obstante, más allá de la agilidad y la técnica, es el fuerte carácter de su colega. "De la misma manera que a veces le hace ser un poco especial, es lo que le ha permitido mantenerse tanto tiempo en primera línea, con el viento a favor o en contra", reflexiona Jorquera.

Sus compañeros nunca han dudado de él. Todo lo contrario. "Valdés tiene mucho peso en el vestuario, una gran capacidad de liderazgo y es muy seguro. Para mí, sin discusión, es el mejor de la Liga", destaca Gerard Piqué uno de los nuevos, aunque formado en la cantera barcelonista, como el meta. El central no es el único defensa que confía a ciegas en Valdés. "Es muy buen portero, con unas cualidades físicas y técnica increíbles. Para mí, es uno de los grandes metas del fútbol mundial", le secunda Sylvinho.

En la Liga no se ha perdido ni un solo partido. En total, ha encajado nueve goles y parece andar con paso firme hacia su segundo Trofeo Zamora, el que distingue desde hace varios años al portero menos goleado de Primera División. Un galardón que debe su nombre al mítico Ricardo Zamora, tal vez el primer galáctico. Aunque inició su carrera en el Espanyol, también defendió las porterías de Barça y Real Madrid, que lo fichó a golpe de talonario, a principios del siglo pasado.

Pero Valdés no juega sólo con las manos. También tiene un toque excelente con el pie. Una característica que destacan los técnicos del Barcelona y que, muchas veces, le convierte sin discusión en el primer atacante. Con su mezcla de juventud y veteranía (el próximo 12 de enero cumplirá 27 años), se puede asegurar que el Barça tiene portero para años. Siempre y cuando el club acceda a atender sus pretensiones económicas para renovar (concluye contrato en 2010 y pide unos seis millones de euros para seguir).

La vieja máxima que situaba la plenitud de un meta entre los 28 y 30 años está más que descartada. «Al empezar más jóvenes, tampoco necesitan llegar a los 30 para estar a su máximo nivel, con 24 o 25 años ya llevan siete jugando. Uno nunca deja de aprender y mejorar si eres capaz de observar y escuchar. Vemos porteros cada vez más jóvenes y asumiendo esa responsabilidad con mucha destreza», sentencia Unzué.

Casillas da instrucciones junto a su compañero Van der Vaart. (Foto: EFE)
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Casillas da instrucciones junto a su compañero Van der Vaart. (Foto: EFE)

Casillas, ante una oportunidad de reivindicarse

El deporte rey no brilla por su ecuanimidad precisamente. Los héroes se convierten en villanos casi de la noche a la mañana. Iker Casillas lo está sufriendo ahora mismo en sus carnes. El portero menos goleado de la última Eurocopa, una de las claves del triunfo de España y de muchos de los éxitos conseguidos por el Real Madrid en los últimos tiempos y candidato al Balón de Oro, atraviesa un bache. Sus manos ya no son tanto aquellas garras invencibles que desesperaban a los delanteros rivales, si bien es cierto que el rendimiento defensivo del conjunto madridista tampoco proporciona el mejor escenario para la redención. El pasado miércoles, estuvo en el banquillo en la Champions.

Incluso, se ha especulado con una posible suplencia en el clásico en favor de Dudek, aunque, por supuesto, será titular en un encuentro, el de la máxima rivalidad, que puede ser su mejor opción para reivindicarse.

Hace casi un año, sus manos fueron casi tan importantes como el tanto de Baptista para que el Madrid se llevara los tres puntos del Camp Nou con un 0-1 mucho más incontestable que lo que acabó indicando el marcador. Ahora, incluso, se han levantado algunas voces dispuestas a facturarlo hacia la Premier League. Y hasta el ahora destituido Bernd Schuster llegó a quejarse, a su manera, del mal momento del mostoleño. "Sólo nos falta alguna parada brillante de Casillas para estar como antes", aseveró el técnico alemán. Llegará, seguro, pero no a tiempo de salvarle el cuello. De hecho, ante el Sevilla, a pesar de la goleada encajada, ya realizó un par de buenas intervenciones. Deslucidas, eso sí, por su error en el primer tanto.

Desde Barcelona, tal vez por esa especial relación, casi gremial, que tienen entre sí los porteros, ya ha habido palabras de apoyo para el guardameta madridista. "No es que Casillas esté mal, sino que es un reflejo de cómo está el equipo. Un portero no puede arreglar los errores de todo el equipo", asegura Albert Jorquera, uno de los tres metas barcelonistas y titular en el último encuentro ante el Shakhtar, en la Champions, que se saldó con derrota (2-3).

"No es que Casillas esté mal, sino que es un reflejo de cómo está el equipo", reflexiona el guardameta Albert Jorquera


El deporte rey, a veces, es cruel. "El fútbol no tiene memoria. Nos olvidamos de muchos jugadores que han estado aquí, y alguno que lleva dos días parece que es el más importante de la historia... Pero eso pasa también en otros equipos. No es de extrañar entonces que pase. El fútbol es el día a día, la constancia, la regularidad, y por eso suelen pasar esas cosas", reflexiona Paco Buyo, defensor de la portería madridista durante 11 años, entre 1986 y 1997, y uno de sus grandes mitos.

Para el ex guardameta, el aparente mal momento de Casillas no va a condicionar su actuación en el clásico. Para nada. "Cada partido es una historia. En este Barça-Madrid todo empieza desde cero. No afecta ni lo bueno ni lo malo", destaca. La receta para superar el bache es tan aparentemente sencilla como laboriosa. "Lo mejor para superar un momento malo es seguir trabajando, tener la personalidad suficiente para decir ‘aquí estoy yo’ y, si uno tiene talento y calidad, las cosas también son más fáciles", sentencia Buyo.

Ahora mismo, la portería para Casillas parece tan grande como el descomunal marco de 17 metros de longitud por ocho de alto que tuvo que defender en un reciente 'spot' televisivo. Pero los héroes siempre vuelven. La final de Glasgow, en la que partía como suplente y salió al campo tras lesionarse César, así lo demostró. Sus paradas valieron la novena Copa de Europa. El clásico puede marcar su renacimiento.

martes, 18 de noviembre de 2008

Maestro en constancia

Paco Chaparro se pone de ejemplo ante los futuros entrenadores · El técnico cree que la perseverancia y la fe en uno mismo son claves para ser preparador

Miguel Lasida / Sevilla Actualizado 18.11.2008 - 05:02
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La Universidad Pablo de Olavide acogió ayer la apertura del curso de técnico deportivo de fútbol y fútbol sala. Como es habitual, de la primera clase magistral se ocupó lo más granado del balompié sevillano. Y, según lo previsto, el curso fue introducido por el protocolo. Las autoridades académicas y federativas brindaron por el éxito del curso y por el acierto de la cátedra ofrecida por la universidad sevillana.

Las corbatas y las chaquetas dieron luego paso a las zapatillas y el balón. Las palabras encorsetadas dieron paso al verso suelto de Paco Chaparro, verdadero protagonista de la ceremonia de inauguración.

El entrenador bético avisaba desde el principio. "Señores, ser entrenador de Primera es muy complicado. Pero hay que soñar. Yo siempre quise ser entrenador de Primera. He cumplido este sueño. Pero no hay que dejar de soñar. Yo, si puedo, y me dejan, haré al Betis campeón".

El auditorio atendía sin parpadear. Enfrente había un fraile que había sido antes cocinero, pinche y lavavajillas. El magisterio de Chaparro proviene de una capacidad pedagógica que para sí la quisieran algunos catedráticos que se creen de postín. El historial del trianero es para sujetarse agarrado a la silla. En el ámbito académico y en el deportivo. Y en el mixto, dado los diez años que fue profesor de entrenadores.

"Nunca puede desesperarse uno", se dirigió Chaparro con un tono rayando lo exhortativo. "Si quieren progresar, hay que aprender primero. Pero antes hay que quererlo con pasión y luego soñarlo. Yo entreno ahora en Primera. Ahora me ha llegado el momento. Y lo he hecho cuando he sentido que estaba preparado. Y ahora sigo soñando. Mi próximo sueño es ser campeón con el Betis".

El repaso por el historial deportivo del técnico bético es como recitar la lista de los reyes godos o explicar con detalle el testamento de los Católicos. A cada poco soltaba una perla, unas veces susurrando, otras haciendo atronar los altavoces. "Cuento todo esto para que se preparen, para que aprendan para aprender a entrenar, no para simplemente aprobar".

No quería el entrenador desvelar secretos inconfesables. "¿Quedan periodistas?", inquirió cuando llegaba el turno de la confidencia. "Prefiero que me pregunten de cosas que tengan que ver con el fútbol en general, porque del Betis ni puedo ni debo". Sin embargo, como a ese bailarín al que se le van las piernas ante un son familiar, a Chaparro se le iba escapando algún que otro secreto.

"Cuando cogí al equipo la temporada pasada", contó Chaparro a colación de una pregunta centrada en el papel de la psicología en el fútbol, "nos encontramos a un equipo física y tácticamente hundido. Algo había que hacer. Me presenté uno a uno, un apretón de manos, y les transmití mi beticismo. Después ya vino lo del Resistiré, que no es una canción que me guste especialmente, pero que tiene un mensaje muy puro y apropiado a lo que le afectaba a la plantilla".

Chaparro ha hecho todo lo que ha estado de su mano para lograr ser entrenador de fútbol. Ha dirigido sin cobrar al Isla Cristina. Tampoco cobraban los jugadores. Pero ascendieron. "El mensaje es que, a veces, si quieres cumplir con tu sueño tienes que pasar por situaciones que no imaginas", advierte a una pléyade de futuros entrenadores de fútbol y fútbol sala.

A Chaparro se le iba acabando el tiempo, pero no las historias. Tuvo tiempo para hablar de los sistemas. ¿Priman éstos sobre los jugadores o viceversa? "De las dos formas se puede hacer. Mi ideal es jugar con un 4-3-3, pero como el Barcelona es difícil hacerlo. Este sistema requiere de más especialistas que el 4-4-2. Ahora bien, cuando se llega a una cierta experiencia y profesionalidad, un jugador puede jugar y cumplir casi desde todas las posiciones del campo. El entrenador tiene que ser capaz de sacarle el máximo provecho a cada futbolista en el puesto que más rinde".

El técnico trianero, que entrena al club de sus colores en su otoño vital, puede hablar con propiedad. "Hay que trabajar. Perseverar. Y soñar. No lo olviden". Una clase magistral.

jueves, 13 de noviembre de 2008

La fábrica del Arsenal pide paso

VELA, MÉRIDA, RANDALL, RAMSEY, GIBBS O WILSHERE SON ALGUNAS JOYAS 'GUNNERS'

Por JAVIER ESTEPA ·
El pasado martes en la Carling Cup Arsène Wenger mandó un mensaje al fútbol mundial. El entrenador francés sacó a escena a todos sus jóvenes estrellas ante el Wigan y demostró dos cosas. Una, que el Arsenal tiene plantilla suficiente para aspirar a cosas importantes esta temporada, y dos, que la fábrica de los 'gunners' asusta.

Para muestra de esta segunda premisa está la alineación que utilizó Wenger para el partido ante el Wigan. Con una media de poco más de 19 años sobre el terreno de juego, los pupilos de Wenger se impusieron con total claridad al Wigan por 3-0 y pusieron al Arsenal en los cuartos de final de la Carling Cup.

La fábrica del Arsenal trabaja a marchas forzadas y los resultados no han tardado mucho en dar sus frutos. Las jovenes estrellas de los 'gunners' y que este martes dieron un golpe en la mesa fueron Fabianki, Djourou, Hoyte, Gibbs, Song, Randall, Ramsey, Fran Mérida, Wilshere, Vela y Bendtner.

Lukasz Fabianski es el más 'viejo' de todos los anunciados anteriormente. Con 23 años, este polaco es el segundo guardameta del Arsenal y llegó a los 'gunners' para que Manuel Almunia tuviera las espaldas bien cubiertas. Es un portero de envergadura y muchos le comparan con Cech, del Chelsea. Hoyte es otra de las perlas del Arsenal. Este defensa inglés llegó al club 'gunner' en 2004 y está considerado una de las promesas del Arsenal de Wenger. Djourou nació en Costa de Marfíl pero está nacionalizado suizo. Es defensa y llegó al Arsenal con tan sólo 17 años. Djourou ya ha sido internacional con la selección suiza y formó parte de la expedición que disputó el Mundial de Alemania en 2006.

Song, pieza fundamental en la pasada Copa de África con Camerún, es de la misma quinta que Djourou. Con 21 años ya ha tenido minutos con el primer equipo y se ha forjado en el club francés Bastia. Gibbs y Randall son dos de los tres jugadores que Inglaterra tiene en ellos muchas esperanzas puestas. Los tres futbolistas se están forjando en las categorías inferiores del Arsenal y trabajan duro para dar el salto al primer equipo. Pero el que destaca el Wilshere que, con tan sólo 16 años, está creciendo a marchas forzadas y ya es considerado como el nuevo Cesc. Este martes Wilshere jugó ante el Wigan y demostró su calidad. Llegó a la Academia del Arsenal en 2001 y Wenger ya ha anunciado que será una pieza clave para los 'gunners' en el futuro. Ramsey, galés de 18 años, y Simpson, que ayer marcó dos goles, también están dejando con la boca abierta a más de uno.


'Viejos' conocidos

Dos jugadores que están haciendo las cosas realmente bien en el Arsenal son dos 'viejos' conocidos de la Liga española. Son Fran Mérida y Carlos Vela. El primero firmó con el Arsenal cuando sólo tenía 17 años. Wenger lo definió como un jugador "sorprendente". La temporada pasada jugó cedido en la Real Sociedad y volvió a la disciplina de los 'gunners' unos meses después.

A Carlos Vela también pudimos verle en acción en España. El mexicano es uno de los delanteros más prometedores del panorama futbolístico actual. El Arsenal le fichó en 2005 por cuatro millones de euros. Antes de triunfar en el club londinense, Vela jugó en el Salamanca y en Osasuna. Esta campaña regresó a las órdenes de Arsène Wenger para formar parte del primer equipo.

A un portero de hockey le dan siete semanas de vida y sigue entrenándose

EL ALEMÁN ROBERT MÜLLER HACE VIDA NORMAL, PESE AL CÁNCER QUE PADECE

VÍCTOR JORDÁN · Madrid Robert Müller, portero alemán de hockey hielo, lleva muchos años deteniendo los discos que intentan entrar en su portería. Sin embargo, nunca ha estado ante una parada tan complicada como la que tiene que afrontar ahora: un cáncer cerebral. Corría el año 2006 cuando después de sufrir unos mareos se le detectaba un gliobastoma en el cerebro. Se trata de un cáncer muy agresivo y de rápido crecimiento que consume la vida de sus víctimas en muy poco tiempo.

Sin embargo, Müller afrontó la enfermedad con entereza y tras una intervención en la que se le extirpó parcialmente el tumor volvía a las pistas de hielo. De hecho, sólo tres meses estuvo alejadas de ellas. Entonces tuvo que cambiar sus utensilios de portero por la quimioterapia y las pistas de hielo por los hospitales, pero una vez más evitó que el gol del cáncer entrara en su portería. “Soy muy afortunado. Sé que me queda algo del tumor dentro, pero tengo que ser positivo”, declaraba el bueno de Robert tras su regreso a las pistas. Un regreso que no pudo ser más fructífero, ya que ayudó a su actual equipo, el Kölner Haie, a conquistar el subcampeonato de la liga alemana y defendió los colores de su selección en el Mundial de Canadá.

Este alemán de 28 años, casado y padre de dos hijos siguió con su vida de deportista, con sus entrenamientos y entregado en cuerpo y alma a su gran pasión, el hockey hielo. Sin embargo, el pasado verano, en una revisión rutinaria, el cáncer volvía a hacer acto de presencia y esta vez más grande y agresivo que antes. Müller volvió a pasar por el quirófano, pero esta vez tampoco se pudo extirpar el tumor en su totalidad y los restos que quedan le oprimen las venas del cerebro cada vez con mayor vehemencia.


Los médicos se han dado por vencidos

De hecho, los médicos que le tratan se han dado por vencidos, algo que aún no ha hecho Müller, y tan sólo le auguran siete semanas de vida. “La mayoría de los pacientes de este tipo de enfermedad no supera el año de vida y tan sólo el 3% alcanza los cinco años”, reconoce Wolfgang Wick, oncólogo de la Universidad de Heidelberg y que trata a Robert Müller desde que se le diagnosticara su enfermedad.

Ni siquiera 50 días de vida y Müller sigue con la misma alegría que siempre le ha caracterizado. “Sólo pienso en el hockey”, dice. “Ahora mi único objetivo es disputar el arranque del Campeonato alemán —a finales de noviembre— y agradecer de esta forma a mi equipo la confianza que han depositado en mí”, prosigue el portero germano, que reconoce no tener dolores ni minusvalías para poder desempeñando su profesión. Aunque avisa de sus intenciones: “Quiero que se me trate como al resto de mis compañeros, no quiero jugar por compasión”. Sin duda, otro gesto más de la entereza de todo un superviviente y un luchador que se enfrenta al reto más difícil que jamás se le puede presentar a una persona. 

lunes, 3 de noviembre de 2008

La 'Rafalution' entra en la historia del Liverpool

Cumple su quinta temporada en Anfield y acaba contrato el año próximo. El club no le ha ofrecido aún la renovación y la propia Prensa inglesa presiona para que lo haga. Ofertas no le faltan, ni le faltarán. Su prioridad es continuar. Cree que es la hora de recoger el fruto del trabajo hecho.

La 'Rafalution' entra en la historia del Liverpool

Mas allá de derrotas puntuales como la del sábado, o rachas positivas como la que lleva el equipo en este brillante comienzo de temporada, lo que nadie discute en Liverpool es que Rafa Benítez (Madrid, 48 años) ya forma parte de la historia de este club fundado en 1892 y que tiene cinco Copas de Europa, tres Copas de la UEFA, 18 Ligas y siete Copas en sus vitrinas. Comenzó a hacerlo en su primer año, al conquistar la Champions de Estambul (2005) veinte años después de la ya casi olvidada cuarta Copa de Europa, y no ha dejado de integrarse ni un solo día desde entonces. En estos cuatro años largos, Rafa Benítez ha revolucionado el Liverpool. Es lo que aquí se llama la Rafalution. Una revolución que alcanza a todos los niveles y conceptos que tienen que ver con un equipo de fútbol. Desde la renovación de la plantilla a Melwood, la Ciudad Deportiva. Desde los viajes a la alimentación. Desde los métodos de trabajo a los costumbres más tradicionales...

Estadísticas.

Además, le avalan los números. Y ya se sabe que en el Reino Unido, en el fútbol, la estadística es cuidada y valorada. Para un club que en toda su historia sólo ha tenido 17 entrenadores, la figura del técnico es mirada con lupa. Sobre todo a raíz del paso por el club del legendario Bill Shankly (1959-74) y sus sucesores, todos ayudantes suyos en el mítico Boot room de Anfield.

Y arrancando de Shankly, la comparativa de partidos jugados y ganados, empatados y perdidos coloca a Benítez por delante de Fagan, Moran, Souness, Evans y Houlier, empatado con Paisley y sólo por debajo de Dalglish, que tiene casi un 61 por ciento de victorias por el 57 del español, aunque hay que tener en cuenta que entonces (85-91) el Liverpool no jugaba competiciones continentales por estar sancionado por la UEFA después de la tragedia de Heysel (1986).

Estos números son los que precisamente han provocado que sea la propia Prensa inglesa la que recuerde al Liverpool que su contrato acaba el 30 de junio de 2010 y al madrileño no le faltan precisamente ofertas, tanto de la Premier, como de Italia (Juventus), Alemania (Bayern), por no recordar que el Real Madrid estuvo reunido con él antes de fichar a Schuster. Ahora mismo es el cuarto técnico en antigüedad de la Premier después de Ferguson (Manchester United), Wenger (Arsenal) y Moyes (Everton).

Método.

Con el aval de ganar la Champions en su primera temporada, Benítez ha impuesto su metodología en el Liverpool. De aquel su primer curso (2004-05) sólo quedan cuatro jugadores: Carragher, Gerrard, Hyppia, que ya estaban en el club, y Xabi Alonso que llegó con él. También ha reestructurado todo su equipo directo de trabajo. Llegó acompañado de Paco Ayestarán, su mano derecha desde hacía más de diez años, José Manuel Ochotorena, con el que había trabajado en el Valencia, y Paco Herrera, al que conocía de su etapa en el Extremadura y se sumó Miller, un técnico que estaba en el club.

Ya no queda ninguno. Todos se fueron marchando con buenas ofertas de trabajo, aunque la salida de Ayestarán fue la más traumática por el importante papel que desempeñaba. Ahora a su lado están Sammy Lee, un histórico de los red y ex de Osasuna, y Pellegrino, ex del Valencia, además de Paco de Miguel, como responsable de la parcela física, y Eduardo Macía, como jefe de ojeadores.

Benítez baja todos los días al campo. No es un mánager puramente a la inglesa. Como él dice "tengo más de entrenador español que de mánager inglés". No es como Ferguson que se puede ir a las carreras de caballos la víspera de un partido de la Premier. Él controla toda la parcela táctica del equipo y antes o después cumple con sus funciones puramente de mánager. Su dedicación al club es absoluta. Jornadas de trabajo de 10-12 horas. De ocho de la mañana a las seis de la tarde. Nada se decide sin pasar por sus manos, aunque la última palabra en asuntos de fichajes la tiene Richard Parry, máximo ejecutivo del club, con el que tiene sus más y sus menos por cuestiones económicas que provocan que al club se le escapen jugadores importantes.

Su "cocina" está en Melwood, la ciudad deportiva, que ha convertido en su centro de operaciones. "Es un recinto para trabajar, no para enseñarlo a las visitas", dice Benítez mientras muestra orgulloso su obra. Con su llegada los cambios son evidentes. Puramente futbolísticos y de convivencia. Desde su despacho contempla los tres grandes campos de trabajo y a iniciativa suya se ha cerrado un cuarto campo para proteger a los jugadores del mal tiempo habitual en esta zona del país. En estos cuatro años ha remodelado los vestuarios, -los jugadores no pueden entrar en él con las botas-, ha montado un gimnasio del siglo XXI y una sala de vídeos en la que se puede pedir cualquier partido de una docena de Ligas de todo el mundo. Por las paredes cuelgan fotos y cuadros que rememoran la historia del club y contienen mensajes que recuerdan los valores que siempre le han caracterizado: solidaridad, esfuerzo, constancia, ambición... "Nuestra tradición es ganar, no hacer amigos y para eso estamos aquí".

Su última aportación a Melwood es una pequeña residencia de 12 habitaciones. Espacios reducidos con dos camas más propias para niños que para profesionales, pero que permiten al equipo descansar antes de los partidos de Anfield ya que nunca se concentran en la víspera, salvo en caso de viaje.

En Melwood no se pueden tener los móviles encendidos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Irresistible Liverpool

Xabi Alonso resquebraja al Chelsea, que sumaba 86 partidos seguidos sin perder en Stamford Bridge, y aúpa a los 'reds' al liderato

Gerrard abraza a Xabi Alonso

JORDI QUIXANO 27/10/2008

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Un coro sensacional ha alcanzado el liderato. Con un fútbol peculiar pero automatizado, el último y mejorado modelo del Liverpool resulta irresistible, hasta el punto de batir al Chelsea en Stamford Bridge, estadio inexpugnable desde hacía 86 partidos, desde la primavera de 2004, cuando el Arsenal se coronó en la Premier -el Barça, en la Champions, le venció en 2006-. El ejercicio defensivo del Liverpool es perfecto: basculaciones compensadas, cero huecos para realizar el último pase, constantes ayudas y líneas apretujadas al máximo para restar tiempo de ejecución al rival. Pero los reds, al contrario que en cursos anteriores, cobran protagonismo en campo ajeno y definen mejor. La segunda línea tiene la culpa; y Xabi Alonso, la batuta.

      CHELSEA 0 - LIVERPOOL 1

      Chelsea: Cech; Bosingwa (Sinclair, m. 84), Carvalho, Terry, Ashley Cole; Obi Mikel; Kalou (Belletti, m. 57), Deco, Lampard, Malouda (Di Santo, m. 57); y Anelka. No utilizados: Cudicini; Ferreira, Ivanovic y Alex.

      Liverpool: Reina; Arbeloa, Carragher, Agger, F. Aurelio; Alonso, Mascherano; Kuyt (Lucas, m. 87), Gerrard, Riera (Hyypia, m. 89); y Keane (Babel, m. 59). No utilizados: Cavalieri; Benayoun, Dossena y Pennant.

      Gol: 0-1. M. 10. Xabi Alonso recoge un rechace en la frontal del área y define con la zurda.

      Árbitro: Howard Webb. Mostró la cartulina amarilla a Riera, Gerrard, Mascherano, Malouda, Ashley Cole y Deco.

      Unos 35.000 espectadores en Stamford Bridge.

      La sensación de la Premier este año era el Chelsea. Doblegaba a los rivales con insultante facilidad y pisaba el área contraria a su antojo. La clave era Deco, que otorgó al equipo el primer toque -quizá reminiscencia de su paso por el Barça-, algo de lo que carecen Ballack, Makelele y Obi Mikel, carrocerías de amplio despliegue, pero necesitados de un control para pasar. Lampard, más dotado técnicamente, no mezclaba con soltura por falta de apoyos y se especializó en las llegadas desde la segunda línea y en engatillar desde la frontal. Con Deco todo cambió. Hasta que se toparon con los reds.

      Terrorífica en la misma medida que pragmática, la medular del Liverpool cumple con precisión los dos cometidos básicos del fútbol: atacar y defender. De romper el ritmo rival se encarga el medio centro Mascherano, que exige al adversario tocar de primeras para evitar la patada o el robo del balón. Con unas piernas brutales que aguantan tantos kilómetros como moratones, Mascherano es el capataz de las demoliciones, el fiel escudero del otro eje: Xabi Alonso. Destila el español un fútbol de claqué, especializado en guardar la pelota y entregarla -en corto y largo- donde se descongestiona el campo. No la pierde y la juega de maravilla. Y, como ayer, pisa el área cuando el equipo aprieta. Así, un saque de banda mal contrarrestado por el Chelsea acabó en un balón muerto en la frontal. Alonso remachó con la zurda y, tras tocar en Ashley Cole, la pelota resquebrajó la cadera de Cech y la fortaleza de Stamford Bridge. La excelente medular la completa Gerrard, quien prueba los disparos a media distancia y reluce con el último pase -se echó de menos a Torres, lesionado. El Chelsea tuvo más el cuero, pero lo mareó atrás y nunca conectó con Deco o Lampard, desactivados por completo.

      Durante todo el curso pasado, el Liverpool fue incapaz de ganar a los grandes (Manchester, Arsenal o Chelsea). En éste, ya batió al United en Anfield y ayer al Chelsea, equipo de mal perder, con las entradas a destiempo de Ashley Cole, los codazos de Terry y las patadas de Mikel. No elabora mucho el Liverpool las jugadas. Pero ha pulido defectos como perder balones atrás o no desestabilizar desde las bandas, donde Riera brilla por la izquierda. Un Liverpool de aplauso, líder en solitario.

      jueves, 9 de octubre de 2008

      Riera, formado y pulido a base de consejos y correcciones

      Futbolista a trazos

      Riera acude a la selección española tras alcanzar la madurez en el Liverpool

      JORDI QUIXANO - Barcelona - 09/10/2008

      Riera, en el entrenamiento

      No le salía la bicicleta o su versionada croqueta estilo Laudrup, de derecha a izquierda. Las piernas, rebeldes, se le enredaban y la afición del Espanyol, harta de su descaro y torpes regates, le gritaba con sorna: "¡Riera selección!". Futbolista sin término medio en sus inicios, Albert Riera (Manacor, 1982) se ha pulido con el paso de los cursos, hasta el punto de ser el extremo zurdo titular del Liverpool y el recambio de Capel, lesionado, en la selección. Se ha corregido y, de paso, terminado con sus expresivos altibajos.

      Lotina le solicitó que pisara las dos áreas y Valverde le exigió que tirara diagonales

      Desde que era recogepelotas en el Mallorca, Riera siempre atendió al consejo de su ídolo, Jovan Stankovic. "La misión más importante de los extremos es pisar la línea de fondo", le dijo el serbio. Así, en 2003 y de bermellón, sobresalió en la Liga y ganó la Copa. "Le quería medio mundo", recuerda Charles Camporro, entonces director deportivo del Girondins de Burdeos; "pero acabó en Francia". Allí, sin embargo, pasó dos años irrelevantes, sin apenas gastar los tacos. "El proyecto no me convence", replicó Riera a Jean-Louis Triaud, presidente del Burdeos en 2005. Se marchó al Espanyol. "Ya le quise cuando era Sub 21 y entrenaba al Celta", recuerda Miguel Ángel Lotina, técnico del Deportivo. Pero en el Espanyol no se entendieron.

      Sin desborde y sin presencia en el campo, Lotina le sugirió que se fuera cedido al Manchester City. "No llegaba a ninguna de las dos áreas", subraya Lotina. "Fue una gran idea", aprueba Riera; "porque en Inglaterra gané en velocidad, juego aéreo y agresividad". Su regreso al Espanyol fue sensacional; la misma afición que se mofaba de sus regates, le erigió en ídolo después de la final de la UEFA perdida ante el Sevilla. "Le exigí regularidad y la obtuvo", revela Ernesto Valverde (ahora en el Olympiakos griego); "y le remarqué la necesidad de que no sólo debía ceñirse a la banda, sino que sorprendiera con alguna diagonal". Se ganó a pulso la renovación, donde solicitó, además de un aumento de sueldo, la contratación de su hermano para el filial (ahora, en el Panthrakikos griego). Al final, Riera no congenió con el vestuario del Espanyol y se puso de uñas cuando la hinchada, hastiada por la segunda vuelta del equipo, enseñó una pancarta aclaratoria. "Nosotros nos quedamos sin Europa y vosotros sin la Eurocopa", manifestaba, en referencia al descarte de Riera, Tamudo y Luis García de la selección. Riera se fue a Anfield.

      Con una amplia colección de coches -Ferrari blanco y un Porche Cayenne, entre otros- y dos bares en Manacor regentados por uno de sus hermanos, Riera es feliz en Liverpool. "Tiene una casa alquilada en Albert Dock junto a los demás españoles", cuentan desde su entorno íntimo; "y si tiene tiempo libre, puede practicar su gran afición: el golf". Titular de los reds y "en plenitud física", Riera muestra su mejor sonrisa.

      "Con confianza, es un jugador de primera fila, capaz de lo mejor", suelta Lotina. "Es muy importante en las jugadas a balón parado por su gran remate", apostilla Valverde. "Está jugando a un gran nivel y, aunque no es fácil, tiene un sitio en la selección", argumenta Rafa Benítez.

      martes, 7 de octubre de 2008

      Xavi: "No merezco el Balón de Oro, sin mis compañeros no soy nada"

      APUESTA POR QUE UN JUGADOR ESPAÑOL SE LLEVE LOS GALARDONESJOSÉ FÉLIX DÍAZ. Madrid · Xavi, la prolongación de Pep en el campo

      Xavi, pese a haber sido elegido como mejor jugador de la Eurocopa, se descarta para seguir recibiendo premios como el Balón de Oro o el FIFA World Player. “La verdad es que ni me lo planteo. Soy así. No es por humildad. No pienso que me merezca el Balón de Oro. Simplemente hice una buena Eurocopa, pero yo soy un futbolista colectivo, dependo del equipo, del compañero”.

      El mediocentro del Barcelona está convencido de que sus éxitos son los del equipo: “Yo sin mis compañeros no soy nadie. Seguiré dependiendo de mis compañeros. Mi fútbol es así y si logro éxitos es gracias al resto del equipo”.

      El centrocampista se inclina por el premio para un jugador de marcado carácter individualista: “Destacan más gente como Messi o Cristiano Ronaldo, que por ellos mismos pueden hacer una jugada y decidir partidos”.

      Los méritos de los españoles

      Hablar de justicia en este tipo de premios, totalmente subjetivos, es algo complicado, pero lo que le gustaría a Xavi es que fuera algún jugador español el que conquistara los diferentes trofeos. Al menos, cree que de esa manera el reparto se acercaría a la justicia por los méritos hechos por los españoles. “Ojalá que lo gane un jugador español o, por lo menos, espero que alguno esté ahí, en la lucha. Ojalá esté un español en la pelea. Pienso que sería merecido por lo que hemos hecho”.

      Y lo cierto es que en otras ediciones en las que han coincidido Mundial o Eurocopa, los premios que reconocen a los mejores del año se lo suelen llevar los que más han destacado en las selecciones vencedoras, como sucedió con Cannavaro en 2006.
      

      'El dinero no libera del miedo al futbolista'

      ENTREVISTA AL ENTRENADOR LÍDER DE LA LIGA: UNAI EMERY

      Emery, entrenador del Valencia. (JOSÉ CUÉLLAR)

      Emery, entrenador del Valencia. (JOSÉ CUÉLLAR)

      ORFEO SUÁREZ

      VALENCIA.- Los poetas y los letristas van siempre acompañados de lápiz y papel, porque la inspiración nunca pide cita. Es la misma razón por la que a Unai Emery nunca le falta un bolígrafo con el que anotar las rimas del fútbol que se le vienen a la cabeza, conceptos asonantes y consonantes, con o sin la pelota. Confiesa que a veces las soluciones tácticas le asaltan durante la noche en la cama y que, rápidamente, se levanta para garabatear flechas y nombres en una libreta. En Lorca, Emery fue entrenador y jugador al mismo tiempo. En realidad, siempre pensó como el primero, obsesionado con vencer el miedo que padecía el segundo, porque sin confianza, insiste, es imposible representar idea alguna sobre el encerado de hierba.

      –Habla usted como un terapeuta.

      –Pero soy entrenador. Lo que ocurre es que los entrenadores somos generadores de confianza. Primero intento llegar a la persona y después al futbolista. Les sugiero situaciones, porque pretendo construir un proyecto desde el convencimiento. Yo tengo mis mecanismos para saber cómo reacciona el vestuario. Lo percibo hasta en la manera de saludarme de un jugador. De ahí puedo sacar una conclusión. Primero quiero adaptarme a las cosas positivas que tienen aprendidas los jugadores y, poco a poco, pondré mi sello.

      Después de la primera respuesta, no hay duda posible: Emery es un entrenador-terapeuta. Justo lo que el Valencia necesitaba después de una fase traumática, que convirtió el vestuario en un colectivo de millonarios inseguros y desamparados. Irreverente dualidad que el técnico explica: "El dinero es algo inherente al futbolista profesional. Es una tontería creer que por pagarles más estarán más motivados o serán más impermeables a las críticas. Las cosas verdaderamente importantes no las cambia el dinero, no libera al futbolista del miedo. Yo conozco esa sensación porque fui un jugador débil mentalmente, que antes de jugar los partidos ya los había perdido. Es el entrenador el que tiene que protegerles, convencerles y exigirles".

      Emery, entrevistado por Orfeo Suárez. (CUÉLLAR)

      Emery, entrevistado por Orfeo Suárez. (CUÉLLAR)

      –Rexach decía que para jugar en el Barça había que ser valiente no por el temor a los rivales, sino para superar los pitos de tu propio público y volver a intentar el mismo pase después de un error.

      Mueve la cabeza, incrédulo, y matiza: "Pero la mayoría no lo consigue sin ayuda, porque los jugadores son personas y como tales reaccionan, con sus muestras de debilidad". Lo refrenda con ejemplos en mayúsculas: "Capello hizo una peineta al Bernabéu y Toshack un corte de mangas a la afición de Riazor, y es que pagarles más no les hace invulnerables. A Ronaldo le pitaban en el Bernabéu y estoy seguro de que eso le debilitaba. El mayor alimento para un futbolista es el aliento de su público. Si se siente apoyado, probará más cosas".

      Táctica. Nacido en Hondarribia, hijo y nieto de porteros, su padre fue compañero de Amancio en el Deportivo y su abuelo ganó dos Copas con el Real Unión de Irún. El tercero de esta saga donostiarra, en cambio, sólo jugó un año en Primera, con la Real Sociedad. El resto, en Segunda y Segunda B, categorías en las que asegura que aprendió conceptos de muchos técnicos hasta conformar su propio vademecum. "De Manzano, en el Toledo, me gustaba la tranquilidad que era capaz de trasladar al jugador. De otros me he quedado con soluciones tácticas. No hay que mirar únicamente al Milan..."

      –¿Pero tendrá preferencias?

      –Siempre tuve simpatías por el Barcelona por lo que representaba su juego, el del dream team. También me gustaba el Madrid de Toshack, con aquel 3-3-3-1. Nunca desde entonces me ha parecido tan ofensivo. También con la Real Sociedad del galés disfruté mucho en Atocha y por eso mi objetivo es que, además de ganar, la gente se sienta satisfecha con lo que vea en Mestalla. El fútbol es algo muy serio y la responsabilidad con su esencia, el juego, es de los técnicos.

      Antes de tocar a arrebato en Mestalla, sin embargo, advierte: "Me han contratado por lo que he hecho. Por lo tanto, voy a seguir las mismas pautas que en otros lugares en los que he trabajado, a mantener la misma distancia con el futbolista, porque la única diferencia entre los del Valencia y los del Almería es que los primeros tiene la vida solucionada económicamente, pero eso ya he dicho que no es lo más determinante para el trabajo".

      Albelda es el ejemplo. Acabó la temporada apartado, lejos de la Eurocopa y a cada uno que le preguntaba le respondía con los dígitos de su ficha. «Ha sido un icono del Valencia y ha estado en lo más bajo, y por eso creo que ahora disfruta más con el equilibrio recuperado, lo valora. Estoy encantado con su comportamiento, siempre muy receptivo», razona. No es el único. Fernandes, ofuscado por la noche y cedido, sujeta ahora como una estaca al líder de la Liga, mientras Joaquín celebra tener por fin un entrenador. "Entiendo los elogios en el plano personal. Me gustan, no lo niego, pero no quiero que me equivoquen", añade Emery.

      Sabe cuál es el sitio del jugador y cuál el del técnico: "El futbolista se va a casa, come con su mujer, se va al cine y al siguiente día pregunta: ‘¿Y hoy qué?’. El entrenador no para. Vive a una intensidad mental altísima, hasta que la cabeza se le vuelve una pelota». Para no ponerse como ejemplo, señala a Guardiola, con una obsesión por controlar todos los detalles, más delgado desde que ocupa el banquillo. "Yo el año pasado comentaba con gente de fútbol: ‘¿Habéis visto a Guardiola en partidos de Tercera que no son de su equipo?’ Trabaja. Desde fuera eso se percibe, como su personalidad y compromiso con el juego. No le conozco, pero lo que hace tiene muy buena pinta», dice el técnico más joven de Primera, 10 meses menor que el azulgrana.

      –¿Tiene miedo Villa?

      –Lo que tiene es la portería entre las cejas y mucha fe en sus condiciones. Por eso quiero conseguir que se convierta en un referente, en un modelo para el resto de sus compañeros. Por ejemplo para Mata, que crece por encima de sus posibilidades. Villa debe ser su espejo, un futbolista capaz de marcar una época de la que se beneficien el Valencia y el fútbol español.

      viernes, 3 de octubre de 2008

      "Estoy jugando en el Madrid por cabezonería"

      Sigue peleando con el fatal destino que le ha tocado vivir a la cantera en la época más reciente: "Es normal que pese más un fichaje de 24 millones que uno de la casa".

      Marco Ruiz 03/10/2008

      ¿Para qué le han servido estos cuatro partidos como titular en el Madrid?

      Ser titular no es una sensación nueva para mí. Es un síntoma bueno y, aquí en el Madrid, me sirve para coger ritmo de partidos y de competición.

      ¿No le da confianza?

      Ya la tenía antes de volver. Puede que ahora esté más seguro de mí mismo en el vestuario, en el rol que ocupo.

      ¿Y cuál es ese rol?

      Me sentiré canterano toda la vida, pero ahora noto el respeto de los demás y soy uno más. Lo noto en el trato que los demás tienen hacia mí. Ya me han visto jugar mucho en el Getafe, equipo que me llevó a disputar la UEFA y la Eurocopa, cosa por la que le estoy muy agradecido. Tenía claro que volvía para intentar ganarme un puesto aunque, siendo canterano, lo tienes el doble de difícil. Y más con esta plantilla que tenemos...

      ¿Qué diferencias hay entre cómo jugaba en el Getafe a cómo lo hace en el Madrid?

      Fácil. En el Getafe jugábamos dos pivotes e incluso llegué a experimentar de central. Aquí hay un pivote y dos medias puntas. Tengo más labores ofensivas y libertad.

      Y eso le encanta.

      Sí Me gusta arrimarme al ataque, disparar y llegar. Estoy donde se gesta todo el juego y me encargo de llevar la pelota a los delanteros.

      ¿Dónde es más complicado jugar, más arriba?

      Ocurre que cuanto más arriba te mueves los espacios se reducen. En la media punta tienes gente por delante y por detrás y eso te obliga a pensar rápido, jugar al primer toque y con precisión. Estar más atrás te concede algunas décimas de segundo más. Además, el campo se estrecha mucho en el fútbol de ahora, donde se suele jugar sin extremos.

      Todo es más difícil.

      Ahí prevalece el pase corto, las paredes, el pase en diagonal. Robben, a veces, supone un gran desahogo.

      ¿Qué consigna le da Schuster en cada partido?

      La misma que a todos. Tenemos que coordinar los movimientos, tapar los huecos y hacer las bien coberturas.

      Y a usted, ¿qué le dice?

      Que apoye al pivote defensivo, que apoye de cara a los puntas, que tape las subidas de los laterales. A los tres del centro del campo nos pide que apoyemos al delantero que tengamos más cercano, que estemos por la zona buena

      La 'zona buena'...

      Se trata de dar soluciones.

      ¿Qué valor le da a Diarra dentro de ese sistema?

      ¡Diarra, Gago o Javi García! Tener a alguien que rebañe es fundamental, pero el equilibrio llega cuando trabajan todos.

      ¿Se ve con las mismas características que Guti, Van der Vaart, Gago o Sneijder?

      Nos parecemos muy poco.

      ¿Cómo definiría a Guti?

      Es un fuera de serie, nadie tiene tanta clase como él en esta plantilla.

      ¿Van der Vaart?

      Un tío que, aparte de trabajar en el campo, tiene una zurda de oro y mucha llegada. Es bastante completo.

      ¿Gago?

      Un pelín más defensivo, incluso a la hora de sacar el balón arriesga menos. Se sabe colocar muy bien para cortar el juego. Muy táctico.

      ¿Y Sneijder?

      Rápido, eléctrico. Ser bajito le permite hacer los movimientos más rápidos, desequilibrar mejor. Y luego tiene un golpeo de balón espectacular.

      Y con ese panorama, ¿volvió al Madrid por dinero o por amor a la camiseta?

      Siendo sincero, he tenido muy buenas ofertas. Y a uno le da por imaginar que igual que se presenta esa oportunidad puede no llegar otra. Pero ni siquiera me lo pensé cuando me llamó el Madrid. Era una cuestión de amor propio. He estado mucho tiempo en la cantera y sigo en el Madrid por cabezonería. Tengo que triunfar aquí y hasta que no lo consiga no voy a parar.

      ¿Recuerda cómo llegó a los Benjamines del Madrid?

      Estaba yo jugando con mi hermano un torneo de fútbol siete

      ¡Su hermano!

      Francis, tres años mayor. Un mediocentro que también prometía, aunque era más defensivo, más bruto (risas).

      ¿Dónde juega ahora?

      Jugaba. Se quedó en el Carabanchel, en Tercera.

      Siga con lo suyo.

      En aquel torneo me vio Mezquita y me llevó a hacer las pruebas. Así empezó todo.

      ¿Quién ha sido la persona más importante en su estancia en La Fábrica?

      Todos los entrenadores te aportan, pero yo me quedo con los que me han ayudado en el tramo final, que es el decisivo. Míchel y Mandía estaban muy convencidos conmigo.

      ¿Y Quique Sánchez Flores?

      También. Lo tuve en el Juvenil A y luego me quiso para el Getafe (llegó un año después).

      ¿De su generación, a quién echa de menos en el primer equipo del Madrid?

      Había muchos muy buenos. Granero, Balboa, Juanfran, Valero, Mata Todo depende de las necesidades del equipo; quedarte es una lotería.

      ¿Y algún otro que fuera para crack y que se quedara en el camino?

      Sí, sí Miguel Delgado, por ejemplo. En los juveniles. Un mediapunta que me dejaba alucinado. Pero tuvo una lesión de rodilla y todo se complicó. Creo que hace poco estaba en el Cádiz B. Sólo llegan arriba los que tiene suerte y saben sacrificarse, cuidarse

      ¿A usted quién le metió el gusanillo del fútbol en el cuerpo?

      Mi padre, que siempre ha jugado al fútbol sala. Luego se hizo entrenador. Fue el que me enseñó primero, cuando yo tenía tres o cuatro años.

      ¿Incluido el pegarle con las dos piernas?

      No, no Eso es cuestión de mentalidad. Cuando me venía a la izquierda le pegaba, con decisión, y a base de fallarlas te acaban saliendo. Pero si lo haces desde chiquito, claro.

      A sus 23 años, ¿le marea el mundo en el que se mueve?

      No paran de lloverte los consejos y los amigos. Pero uno no es tonto y sabe a quién hay que hacer caso y a quién no.

      ¿El mejor futbolista que ha visto sobre un campo?

      Zidane era una maravilla, pero yo, por cuestiones evidentes, me quedo con Raúl.

      ¿Cómo le ve?

      Igual que siempre. Es normal que no juegue algún partido, como le ocurrió ante el Zenit. No hay que alarmarse. Sigue siendo un ejemplo para todos los que venimos de abajo, por cómo actúa, cómo trabaja, y por cómo es.

      ¿Le obsesionan a usted las críticas?

      Nunca. Leo los periódicos cuando los tengo a mano, pero no soy de ir al kiosko a comprarlos. Tampoco suelo ver los partidos repetidos después de jugarlos. Intento desconectar. Si se me da bien, no suelo mirar nada.

      ¿Cuál es la crítica que más le ha dolido?

      Me siento bien tratado por la Prensa, pero veo que cuesta más trabajo que te valoren cuando vienes de la cantera. Lo respeto, pesa más un fichaje de 24 millones que uno de la casa. Las cosas hay que justificarlas.

      Hablemos del equipo. ¿Se están acostumbrando a ganar pasándolo mal?

      No sería malo que fuera así. Saber sufrir es una virtud. Ganar sufriendo nos fortalece, como sucedió ante el Zenit. Estas cosas hacen equipo, nos junta a todos para mirar al mismo lado y sabemos que si seguimos así podemos hacer grandes cosas. Ahí empezó el Madrid a remontar el vuelo en la última etapa de Capello.

      ¿Hay muchas diferencias entre el vestuario del Getafe y el del Madrid?

      Claro. El del Getafe era más familiar. Pero bueno, aquí ahora hay muy buen ambiente, y se lo dice un hombre que lleva cuatro años subiendo y bajando al primer equipo. He conocido más épocas. Ahora hay unión, buen rollo. Creo que las sensaciones son muy positivas.

      ¿Hasta dónde puede llegar este Madrid?

      Eso lo dirá el tiempo, pero yo tengo la sensación de que podemos ganar Liga y Champions. Hay grupo para ello.

      miércoles, 1 de octubre de 2008

      LA IMPORTANCIA DE SER UNA FAMILIA

      EL LATERAL FRANCÉS ASEGURA QUE DEBEN CONOCERSE MEJOR ENTRE ELLOS

      Abidal: "En el campo somos una familia, pero fuera no"

      Eric Abidal, defensa francés del Barcelona, criticó este martes el ambiente que vive el vestuario del conjunto azulgrana y explicó que los jugadores son "una familia dentro del campo, pero fuera, no" por lo que considera que deberían "conocerse mejor".

      Aunque compareció ante los medios en la víspera del encuentro de Liga de Campeones ante el Shakhtar Donetsk, el jugador francés apenas se refirió al partido y reconoció que en Barcelona no tiene amigos, "sino compañeros de fútbol", en contra de lo que sucede con su mujer y sus hijas, y lamentó no conocer "qué hacen en su vida y con su familia" el resto de jugadores. "Para mí, es importante conocer a todos los compañeros, porque en el campo somos una familia, pero fuera no. Al final, si estás bien fuera de casa, en el campo es mejor", dijo.

      Abidal subrayó que en Francia "las cosas son diferentes" en la medida en la que los equipos "se reúnen de vez en cuando en alguna casa o en algún restaurante para cenar", algo que en Barcelona sólo ha visto "dos o tres veces". "Es una cuestión de 'feeling', si quieres se hace y si no, pues no; pero no necesito ganar tres o cuatro partidos para hacerlo", respondió Abidal cuando se le recordó que el año pasado, al frente del filial, Pep Guardiola invitaba a sus jugadores a comer cuando éstos enlazaban cuatro victorias consecutivas.

      Cuestionado su rendimiento en el arranque de la temporada, el francés admitió que su nivel "no es el mejor" y prometió "trabajar muy duro en los entrenamientos" para estar siempre "al cien por cien". Abidal, además, se refirió a su compatriota Thierry Henry, de quien dijo que "puede ser que le falte alegría fuera del campo", ya que sobre el terreno de juego "tiene experiencia y sigue haciendo goles".
      

      lunes, 29 de septiembre de 2008

      Analisis de Rafa Benitez y Wenger realizado el año pasado.

      CHAMPIONS LAS CLAVES DEL LIVERPOOL-ARSENAL

      Último 'round' de la temporada

      Fernando Torres. (Foto: AFP)
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      Fernando Torres. (Foto: AFP)

      Actualizado martes 08/04/2008 12:41 (CET)
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      EDUARDO SUÁREZ (Corresponsal)

      LONDRES.- Cinco claves que pueden dirimir el choque, el tercero entre las dos escuadras en tan sólo siete días.

      1. Los generales

      Rafa Benítez y Arsène Wenger librarán esta noche su enésima batalla técnica. En las dos últimas ocasiones -las del Emirates esta semana-, se impuso el español. No porque el Liverpool desarrollara un juego brillante -casi nunca lo hace- sino porque supo descifrar los partidos mejor que su rival. El partido del sábado de Premier fue una cita descafeinada, un duelo de suplentes, pero en el de Liga de Campeones el Liverpool asfixió el juego de toque del Arsenal asediando a Cesc con un ejército de zapadores y adelantando al límite la defensa. Con el Arsenal obligado a ganar -o al menos a propiciar un empate con muchos goles- no se espera de Benítez un cambio de estrategia. Es Wenger quien debe explorar esta noche un cambio. ¿Pero cuál? El miércoles y el sábado su equipo terminó encerrando a los red en el área pero con eso no basta.

      2. La batalla del mediocampo

      He aquí la clave de la supremacía táctica del Liverpool en el Emirates y el terreno donde se jugará esta noche la eliminatoria. El Arsenal siente cierta dependencia de Cesc y Benítez lo sabe. Por eso el miércoles le colocó alrededor una implacable cohorte de destructores. No sólo los habituales Xabi y Mascherano. También Kuyt, Gerrard y el niño Torres, que se vaciaron corriendo detrás de la pelota. En su trabajo ingrato cimentó el Liverpool su victoria del miércoles y en él tratará a buen seguro de cimentarla hoy. El desafío para el Arsenal es encontrar alternativas. Por ejemplo, la subida de los laterales, anclados atrás en la ida y que sin duda tendrán hoy que correr más riesgos.

      3. Los artilleros

      El de ida fue un partido insípido para los artilleros -Adebayor y Torres-, a los que la guerra fría táctica condenó a jugar sin balón. Se prevé que esta noche el Arsenal asuma riesgos que dejen espacios para los contragolpes de "El Niño", atado en corto por Gallas en la noche del Emirates. En cuanto a su antagonista togolés, Hyppia y Skrtel lo contuvieron bien en la ida -salvo en su gol de cabeza, en el que no saltaron- pero esta vez no deberían fiarse. Al fin y al cabo, este año ha marcado 24 goles. Aunque, ojo, sólo dos en Liga de Campeones.

      Wenger (izda) y Cesc. (Foto: Reuters)
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      Wenger (izda) y Cesc. (Foto: Reuters)

      4. Los banquillos

      Un súbito cambio de paso o la posibilidad de la prórroga harán que esta noche los técnicos tiren de los suplentes. Ambos tienen en el banquillo opciones interesantes. En el caso del Liverpool, espera el espárrago Crouch, inmenso en el partido de Premier del sábado. También el inquieto Benayoun y Voronin, algo lento y fallón en los partidos recientes. En cuanto a Wenger, la opción número uno es el jovencísimo Theo Walcott, desatascador de la ida y al que sin embargo el francés no se atreve a poner hoy de inicio. De todas formas, si pierden, los gunners siempre podrán echarle la culpa a las bajas. Los vitales Eduardo y Rosicky están en la enfermería.

      5. La magia de Anfield

      La milonga del miedo escénico no es patrimonio del Bernabéu. También ha forjado la leyenda de este coliseo pequeño y vetusto de las afueras de Liverpool, listo para ser jubilado en cuanto lo permitan la crisis financiera y los manejos de los dueños americanos del club,. Lo de la magia de Anfield suena a tópico pero no lo es. Que hablen si no las cifras. Los red no han caído nunca aquí en Europa viniendo con una victoria o un empate de fuera. Sólo ganaron en Anfield cinco equipos: Estrella Roja (73-74), Barcelona (2001-2002), Valencia (2002-2003), Benfica (2005-2006) y Marsella (2007-2008). Y de todos ellos sólo el Benfica y el Barça progresaron a la siguiente ronda. Veremos si esta noche los espíritus de Anfield también son propicios.

      domingo, 28 de septiembre de 2008

      EL MEJOR JUGADOR DE LA SELECCIÓN

      HABLAMOS DE FUTBOL / MARCOS SENNA Internacional del Villarreal
      «Lo más difícil del fútbol es hacerlo sencillo»
      ORFEO SUAREZ

      - Le trajo a España el fútbol pero ahora sostiene que son muchas más las cosas que le unen al país - «Antes pensaba que no viviría aquí tras mi carrera, ahora no sé qué sucederá» - Internacional con Luis, Del Bosque lo mantiene como el seguro de un genial centro del campo - «Se trata de hacer las cosas bien, pero sin intentar demasiadas» - A los 32 años, vive su madurez en el Villarreal, «donde la presión la pone el jugador, no el directivo»

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      MADRID.- Después de tanto hablar, el caramelo ofrece una tregua que de inmediato se convierte en un problema, cuando el fotógrafo Alberto Cuéllar le pide que mire a la cámara. A Marcos Senna le parece irrespetuoso hacerlo mientras mueve la boca, como si descubriera esa cualidad de la clase de la que proviene tan extinguida ya en la que ahora representa: el pudor. Nada en sus maneras humildes evoca a los futbolistas actuales, como si le atrapara ese «deseo de vivir sin dejarse notar» que Garoto, precursor de la bossa nova, descubrió en los enjambres humanos que acompañan el descenso del Cristo del Corcovado. Inmigrante de etiqueta, Senna, en cambio, habla con la gratitud del bracero hacia una España que, quizá, no es consciente de cuánto le debe.

      -Si la letra de un bolero se pregunta cómo se pueden querer dos mujeres a la vez, diga usted cómo se puede pertenecer a dos países.

      Primera sonrisa, que ya no va a desaparecer.

      -Es un privilegio disfrutar de dos países, pero para hacerlo tienes que saber que eres tú el que has de adaptarte al país al que llegas, no el país a ti.

      Una declaración ejemplar, por el mensaje y la espontaneidad. «Si puedo ser un ejemplo para tantos inmigrantes, mejor, pero no lo pretendo», añade. Senna, nacionalizado en 2005 e internacional con España un año después, se confiesa sorprendido por una reciprocidad que no esperaba. «Al principio, pensaba que la gente me miraría de otra forma: 'Bueno, éste juega aquí, nos ayuda, pero no es español'. En cambio, me ha impactado el cariño, el trato. No me he sentido como un brasileño nacionalizado, sino como uno más en la selección», se sincera. «Todo lo que me ha pasado, esos sentimientos, me han hecho replantearme el futuro. Yo no pensaba quedarme a vivir en España después de mi carrera, pero ahora no sé qué sucederá. Mi hijo, nacido aquí, tiene la nacionalidad española y, aunque parezca mentira, ¡todavía no he tramitado la brasileña!», exclama, como si se sorprendiera a sí mismo por su retraso.

      Senna cree que tanto en la cultura como en el fútbol, a España y Brasil las unen más cosas de las que las separan. Las diferencias las establece el nivel económico: «Allí se nace con la pelota, porque es una de las pocas oportunidades que tiene el niño brasileño, incomparables a las que puede alcanzar un niño español».

      -España, en cambio, ha perdido el fútbol de la calle.

      -Desde luego, no lo tiene en la misma proporción que Brasil o Argentina. Pero después de conocer un poco el país, he visto zonas más pobres en Andalucía, lugares de donde salen muy buenos jugadores, técnicos y valientes, como los brasileños de la calle.

      El futbolista asiente cuando se le sugieren los nombres de Capel, su nuevo compañero en la selección, o Navas, pero rápido matiza que conviene huir de los tópicos: «También surgen talentos de las grandes canteras, como las del Madrid o Barcelona. Es muy relativo. No todos los que salen de la calle son buenos o al revés. Creo que en unos años esa superioridad global de brasileños o argentinos desaparecerá. España está ya muy cerca de su nivel».

      El jugador del Villarreal se inscribe en una corriente de grandes mediocentros brasileños, registas como dicen los italianos, que ponen el tempo y huyen de los arabescos. Mauro Silva, Mazinho o Donato dejaron huella en la Liga con un concepto muy utilitario del juego. No es casual que entre ellos y el propio Senna se den coincidencias personales desde una misma forma de entender la profesión. Senna ha superado dos roturas de ligamentos de rodilla, apoyado en la misma fe que profesaba Donato, su antecesor en la selección española. Mauro Silva también lo hizo, a pesar de que el doctor Borrell le dijo que no soportaría los dolores, menores a los que acabaron por retirar a Mazinho. A menudo se ha hablado de ellos como de brasileños atípicos, pero asociar las conductas a las nacionalidades es una mala tentación occidental. Todos fueron muy longevos. «Yo estoy aquí para seguir, a pesar de mis 32 años», replica, rotundo, Senna.

      «A bastante gente le gustan las bicicletas, tocar mucho la pelota. Yo prefiero jugar a toques rápidos y, cuando hay oportunidad, disparar. Lo más difícil del fútbol es hacerlo sencillo, y eso es lo que yo intento», explica, con una frase que es todo un credo del juego. Añade el futbolista que hasta los 17 años, en los equipos de Sao Paulo, su ciudad, lo colocaban de mediapunta, «pero para mí recibir de espaldas es complicado, me desenvuelvo mejor con el juego de cara». «Por eso -prosigue- creo que encajo muy bien en esta selección española, donde hay buenos mediaspuntas, que se mueven continuamente y giran sobre sí mismos. Con ellos es fácil. Se trata de hacer las cosas bien, pero sin intentar demasiadas. Asegurar la pelota en mi zona, porque la pérdida de un balón es muy peligrosa».

      El mediocentro confiesa que la llamada de España le sorprendió «porque tiene muchos jugadores de calidad en el centro del campo».

      -¿Un recuerdo de Luis?

      -Su tranquilidad.

      -¿Cómo?

      -Sí, sí... Yo también me había formado otra imagen, al verlo por televisión. Pensaba que era un entrenador muy duro, pero de eso nada. Es exigente, pero dulce y cariñoso con el futbolista, aunque no lo sea con los periodistas. Quizá la edad le ha dado esa sabiduría. Demostró personalidad, porque otros entrenadores habrían puesto a futbolistas que pedía la prensa.

      Del Bosque.

      Del nuevo seleccionador, apenas disputados dos partidos, Senna destaca la sensatez: «Lo primero que nos dijo es que no cambiaríamos muchas cosas, porque lo que define a los futbolistas es el toque. Mantendremos la línea, con las modificaciones que crea convenientes, claro. El centro del campo es el corazón de España. Si ahí toca bien y no cede balones, es difícil que pierda un partido. Seguir su transición es un tormento para el rival. Con paciencia, siempre aparecen huecos por donde llega el gol». El futbolista pone como ejemplo la semifinal de la Eurocopa contra Rusia, aunque asegura que no siempre todo sigue el guión y que pueden ser necesarias otras soluciones. De ahí su obsesión por el disparo. Ante Bosnia, con problemas ante puerta, lo estrelló en el larguero.

      Senna ha llevado a la selección muchas de las enseñanzas de Manuel Pellegrini, al que define como el mejor entrenador que ha tenido en su carrera: «El siempre nos dice que los que llevamos el balón pongamos pausa y los demás se muevan rápido para que podamos elegir bien». Durante la Eurocopa, el Villarreal llegó a tener tres futbolistas en el campo, el propio Senna, Capdevila y Cazorla, que continúan con Del Bosque. El secreto, en su opinión, es la «sencillez del club». «No se hacen cosas que estén fuera de lugar y tenemos la tranquilidad necesaria para trabajar. El club y la afición saben lo que pueden pedir al equipo. La presión, pues, es la que nos ponemos nosotros mismos, no la que viene de la directiva o la grada», añade.

      -Con España es distinto.

      -Y lo será. Hasta yo en Brasil soy otro Marcos Senna después de ganar la Eurocopa. Ahora tenemos respeto y menos kilos sobre la espalda. Nos los quitamos contra Italia. Ganar el Mundial sería la bomba.

      elmundo.es

      ENTREVISTA A FORLAN EN 2007

      HABLAMOS DE FÚTBOL

      Diego Forlán: 'Me encanta el amor-odio del fútbol español'

      Diego Forlán. (JAVI MARTÍNEZ)

      Diego Forlán. (JAVI MARTÍNEZ)

      Actualizado domingo 25/11/2007 00:03 (CET)
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      ORFEO SUÁREZ

      MADRID.- Con su perfil homérico y su abdomen de mármol, Diego Forlán parece salido de un pasaje de la Iliada. El futbolista, en cambio, prefiere la historia a la mitología, las causas duras que retrata José Saramago y las crónicas de superación personal.

      Razones tiene. Creció marcado por el accidente de tráfico que postró a su hermana en una silla de ruedas y llevó la noche a un hogar repleto de balones, donde ahora amanece con cada gol del hijo señalado por el índice de la fortuna. Forlán sabe de su suerte y por eso devora su destino con pasión, instante a instante, lugar a lugar. Está ansioso por volver a jugar, tras recuperarse de una lesión en Uruguay, donde todo empezó frente a un muro.

      "Mi padre siempre quiso que manejara las dos piernas, y eso se consigue delante de una pared», cuenta Forlán, que ha mantenido esta antigua rutina ya como profesional. «En Independiente no hacíamos tanto muro, pero en Manchester o Villarreal, sí. Siempre he tratado de hacerlo, porque es buenísimo. Además, si se la das bien a la pared, así te la devuelve", continúa.

      –Ahora se entiende por qué Alex Ferguson nunca llegó a saber si era usted diestro o zurdo.

      Empiezan las risas, lo que el encuentro necesita.

      Forlán saltó el charco para irse al Manchester, pero antes había hecho un viaje mucho más largo en la mente de un niño de 14 años: de Montevideo a Avellaneda, en la vecina Argentina, para jugar en Independiente. "En Uruguay el futbolista no se puede desarrollar, pero sí adquirir unos fundamentos muy buenos para jugar en Europa. Somos tres millones y medio y siguen saliendo grandísimos jugadores..."

      –Pero no se refleja en una selección que casi ya no recuerda el Maracanazo.

      Asiente sin excusas: "Es pasado, lindo, pero pasado. Aprendí mucho hablando con mi padre (el ex futbolista Pablo Forlán) y otros históricos, aunque ellos también lo han hecho conmigo, en sobremesas muy duras. Ahora, en la selección, nos falta la fuerza necesaria, la mentalidad para plasmar nuestro fútbol. Tenemos que mejorar los jugadores y a nivel directivo".

      De su paso por la Premier recuerda, sobre todo, los campos llenos, pero no cambia su pasión por la latina. Un caso atípico, que contrasta con la autocrítica de muchos jugadores españoles seducidos por Inglaterra. "Yo prefiero vivir el fútbol con el amor-odio que nos rodea aquí, en España, o en Sudamérica. Me encanta porque es como un desafío. Lo otro lo entiendo más como una forma de trabajo".

      El lugar perfecto

      Por ello, el uruguayo está convencido de que ha llegado al sitio perfecto: «El Atlético se vive de una forma muy parecida a cómo sucede en Argentina con algunos clubes. La afición te acompaña en todo momento, forma parte del equipo». En el Calderón, Forlán ha encontrado el amor, aunque, como ha explicado, también le seduce el odio: "Me gusta escuchar el silencio cuando marcas como visitante".

      "Estaba con más estrés en el Villarreal. Nada que ver con el Atlético, que en una cosa se parece mucho al Manchester. Le da espacio al jugador para que se preocupe nada más que del fútbol y pueda liberarse del resto"


      Frente a esa visión estereotipada de un Atlético sumido en el camarote de los hermanos Marx, fraguada durante los años del gilismo, el uruguayo ofrece una versión diferente: "Estaba con más estrés en el Villarreal. Nada que ver con el Atlético, que en una cosa se parece mucho al Manchester. Le da espacio al jugador para que se preocupe nada más que del fútbol y pueda liberarse del resto, de los medios de comunicación, de esta entrevista que no quería hacer...". Más risas.

      – Hace dos temporadas, usted compartió la Bota de Oro con Henry. Hable, pues, como goleador. ¿Qué piensa antes del remate?

      –En el momento previo, procesas las opciones muy deprisa: ¿qué altura tomará el balón, cómo botará, de qué forma recibirlo, golpearle? Todos esos pensamientos pasan en décimas de segundo, se cruzan a la vez, y tienes que tomar una decisión.

      Decisiones trascendentales en ocasiones, porque pueden valer un título, un descenso, y que en otro orden de la vida se tarda mucho tiempo en tomar. Forlán otorga la razón al contertulio y reconoce que sólo quien se adapta a esa velocidad mental puede sobrevivir en su mundo: "Es algo que mecanizas desde pequeño en el fútbol. Conforme pasa el tiempo, las decisiones son más rápidas. Si no las tomas, no llegas".

      Orfeo Suárez y Diego Forlán. (J. M.)

      Orfeo Suárez y Diego Forlán. (J. M.)

      Para cualquier delantero, el gol tiene que ver con el instinto, con valores intangibles que sólo se explican desde la superstición, desde una mesa de tarot. Forlán tiene a su lado el ejemplo, Kun Agüero. "Es diferente, como Tévez o Messi. Son pequeños, rápidos, con calidad y gol, y eso sin ser siquiera delanteros puros". Ese rol lo cumple, en su opinión, Van Nistelrooy, con el que hizo buena amistad en Manchester. "Eso sí es un delantero centrooo", dice impostando todo lo que puede.

      No se oculta cuando se le sugiere que Riquelme, al que no quiso Javier Aguirre, hace mejores a los goleadores, a los futbolistas como él: "Delante necesitas a gente como Román, como Pirlo o Kaká, que te puedan dar el último pase. Aquí habría querido demostrar lo que no le han permitido en Villarreal, seguro. Yo creo que un jugador bueno siempre aporta cosas. Pero al Atlético ahora no le falta nada, crea muchas ocasiones y marca. Es cierto que encajamos siete goles en dos partidos... ¡Pero ante qué rivales: Sevilla y Villarreal, de lo mejor de la Liga, con grandísimos delanteros!".

      Entre gol y gol, lectura y ayuda, para la fundación de su hermana y para los niños. "Tenemos mucho tiempo de espera, en aviones, hoteles. Si tienes un libro, es bueno. Leo a Saramago, a García Márquez, algo de historia contemporánea y libros de gente que ha sobrevivido a experiencias duras en su vida. También a Jorge Bucay", explica. Un psicólogo argentino que ha escrito Cuentos para pensar. Está claro que a Forlán le importa algo más que jugar.