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Analista Deportivo en Medios de Comunicación. Profesor de la Real Federación Andaluza de Fútbol. Analista Deportivo en Real Betis. Asesor Deportivo. Escritor del primer libro internacional sobre "Scouting Deportivo : Metogología, Scouting y Coaching" obra considerada el comienzo de la revolución del analista y del análisis como herramientas imprescindibles para profesionalizar el fútbol modesto. Colaboro con revistas especializadas, programas de radio... Para potenciar el #NetworkingSD fundé La Tertulia 10.

jueves, 28 de abril de 2011

Un meteoro en el Oporto

Villas-Boas, de 33 años, bate las marcas de Mou con entrenamientos revolucionarios

Un meteoro en el Oporto
Como en un cuento, Luís André Villas-Boas vivía en el mismo edificio que el entrenador del Oporto entre 1994 y 1996, Bobby Robson, y, cada vez que se cruzaban, intercambiaban algún comentario táctico. Ya había cierta confianza cuando el joven André, de 16 años, le espetó: "No entiendo por qué no juega más Domingos Paciencia [delantero del Oporto y actual entrenador del Sporting de Braga]". Fascinado por la osadía y los conocimientos, el veterano Robson contrató al muchacho, que, además, hablaba inglés puesto que su abuela paterna nació en Stockport, Inglaterra, a principios del siglo pasado. Titulado a los 17 años en Escocia como entrenador de la UEFA, empezó preparando informes para el Oporto, del que era un hincha furibundo, e inició una carrera meteórica que lo sitúa ahora, a los 33, en la cima del fútbol portugués.

Hay algo de revolucionario en sus entrenamientos. Marcelino, técnico del Racing, se pasó una semana observándolos el año pasado en Coimbra, cuando Villas-Boas dirigía al Académica. Se llevó una grata impresión. "Busca soluciones tácticas a través del juego y la posesión del balón", explica Marcelino, que destaca el "cariñoso" trato personal que le dio el joven técnico luso. En sus sesiones, el trabajo físico específico no existe, sino que prima un componente lúdico. "Todo con coherencia, organización y las ideas muy claras", añade Marcelino. Es la escuela portuguesa y la conocida como periodización táctica. Cada día de la semana recibe un nombre y un objetivo: recuperación, tensión, resistencia, velocidad... "Los jugadores hablan muy bien de sus entrenamientos y de su persona; se ve un verdadero equipo", abunda Secretario, ex jugador del Oporto y del Real Madrid.
En realidad, la metodología de Villas-Boas es muy similar a la de José Mourinho, con quien colaboró en el Oporto, el Chelsea y el Inter. Cinco años juntos sin final feliz: Villas-Boas reconoce las enseñanzas del maestro, pero Mou no contesta cuando le preguntan por el discípulo. Este, no obstante, ha desarrollado una personalidad propia. Le gusta un fútbol más combinativo y le da más importancia a la posesión del balón. Comunica muy bien y recurre a menudo a la ironía. Comparten, eso sí, la capacidad para sacar el máximo rendimiento a jugadores inestables, como el colombiano Guarín, una de las claves del actual Oporto.
"Lo mejor de Villas-Boas es que, siendo tan joven, ha sabido llevar la enorme presión del Oporto", afirma Jesualdo Ferreira, su predecesor en el club de Dragão. Con Ferreira, el Oporto se sentía cómodo sin el balón. En su primera temporada completa en Primera, Villas-Boas ha conservado las transiciones rápidas de su antecesor, pero le ha agregado un gusto por la posesión de la pelota. Para ello necesitaba un centrocampista que marcara los tiempos y el presidente, el eterno Pinto da Costa, fichó a João Moutinho al Sporting de Lisboa por 10 millones, una cifra colosal. La campaña del Oporto está siendo impresionante: 25 victorias y solo dos empates le han llevado a adjudicarse la Liga en casa del máximo rival, el Benfica, donde ganó 1-2. Por si fuera poco, volvió a conquistar Da Luz en las semifinales de la Copa lusa, remontando con un 1-3 el 0-2 de la ida. En mayo, disputará la final frente al Guimarães. Sumó 36 partidos seguidos invicto, tres más del récord anterior de Mou.
Los paralelismos son inevitables. Da Costa, un dirigente con ojo de lince, fichó a Mourinho del Leiria cuando no era más que una promesa. Llegó a Dragão en enero de 2002 y, un año más tarde, ganó la Liga y la Copa de la UEFA. Esta vez Da Costa pescó en Coimbra, donde Villas-Boas había trasladado al Académica desde las zonas de descenso a mitad de tabla. Sin experiencia como jugadores, los dos han triunfado casi imberbes en el Oporto. Y si Da Costa ya le sacó cinco millones al Chelsea por el traspaso de Mou, nadie duda de que otro club opulento pagará por Villas-Boas.

miércoles, 27 de abril de 2011

Fuertes sin pisar el gimnasio

Mourinho consigue que los jugadores del Madrid alcancen el punto decisivo del curso en un óptimo estado de forma sin hacer pesas ni sesiones de preparación física

DIEGO TORRES - Madrid - 26/04/2011
Lo primero que llamó la atención a muchos de los jugadores del Madrid cuando comenzaron la pretemporada con José Mourinho, el verano pasado, fue que no hacían sesiones de entrenamiento dedicadas exclusivamente al físico. El preparador, Rui Faria, brazo derecho del técnico, no los puso a hacer carrera continua para ejercitar el corazón y los pulmones, ni les diseñó circuitos para trabajar la potencia, ni rampas para que treparan ni obstáculos para que saltaran. "Solo hacíamos partidos de tres contra tres, de tres contra dos, de cuatro contra tres, de cinco contra cinco...", recuerda un futbolista; "jugábamos todos los días en un campo que variaba de amplitud, con porterías que aumentaban o disminuían de número o tamaño".
    "El fondo y la potencia mejoran privilegiando lo táctico", dice el entrenador
    Hubo jugadores incrédulos. "Vais a llegar muy bien al final de la temporada", les tranquilizaba Mourinho. Al cabo, la plantilla se quedó sin hacer lo que, tradicionalmente, había considerado trabajo físico. Solo, juegos con el balón. Rutinas distraídas, pero intensas, en las que de forma natural se iban conociendo mientras ejercitaban el cuerpo y la mente, el físico y la táctica.
    En el libro ¿Por qué tantas victorias? argumenta Mourinho que sus entrenamientos nunca se hacen sin el balón porque giran desde el principio alrededor de la organización futbolística. En el proceso organizativo, los futbolistas se adiestran para jugar y, como consecuencia, evolucionan físicamente. "Al privilegiar la vertiente táctica, estoy privilegiando todos los restantes componentes del rendimiento", dice; "por necesidad de lo táctico surgen todos los restantes. Yo no creo en equipos bien o mal preparados físicamente, sino en equipos identificados o no con una determinada matriz de juego. Porque la adaptación fisiológica es siempre específica de esa forma de jugar. Las preocupaciones técnicas, físicas y psicológicas, como la concentración, surgen por arrastramiento".
    Ocho meses después de la pretemporada, el Madrid alcanza el pico de su condición física. Si cuenta con una ventaja respecto al Barça en la próxima eliminatoria de la Champions, reside en la mayor frescura de sus jugadores. Además, tener una plantilla más larga ha permitido a los futbolistas del Madrid disputar una media de 300 minutos menos de competición que sus adversarios azulgrana.
    En lo que va de temporada, el método no ha cambiado. Al contrario. En estos días, los titulares habituales, como Cristiano, Alonso o Ramos, apenas se están entrenando. Las sesiones sobre la hierba son mínimas. Quince minutos, unos estiramientos y a descansar. El gimnasio está reservado a los lesionados o a quienes tienen un déficit que corregir.
    Los entrenamientos duran una hora y los partidillos están cuidadosamente cronometrados, entre 10 y 20 minutos, y se desarrollan a gran ritmo. Los jugadores dicen que no pueden parar. Que siempre deben estar en movimiento y aproximándose a los esfuerzos máximos. "Tienes unos segundos para recuperarte y beber", explican; "y si te distraes hablando con alguien te quedas sin beber". Cíclicamente, Mourinho interrumpe los partidillos para trabajar los automatismos defensivos con grupos de 11. En este punto, todos reconocen que la labor del portugués es excelente.
    Gracias a sus éxitos, Mourinho popularizó un método, el entrenamiento integrado, que comenzó a concebir en el Barcelona a las órdenes de Louis van Gaal. El entrenamiento integrado deriva de un invento de Paco Seirul·lo cuando era el preparador físico de Valero Rivera en el Barça de balonmano. De ahí pasó el sistema al fútbol con Johan Cruyff y Van Gaal. Juanma Lillo completó su aplicación en el fútbol cuando dirigía al Zaragoza en 2000. "Históricamente, casi toda la preparación física fue ajena a las necesidades del futbolista y del juego porque venía inspirada por el mecanicismo y el conductismo", dice Lillo; "los viejos preparadores procedían del atletismo y se habían inspirado en la teoría de la linealidad. Pero si hay algo que no es lineal es un ser vivo. Mucho menos un equipo compuesto de 25 seres vivos".
    Como dijo Lillo: "En el fútbol, entrenar el físico sin el balón es como entrenar la fuerza del brazo de Nadal sin integrar el brazo al resto del cuerpo".
    Rui Faria y Mourinho lo practican en el Madrid. Y los jugadores lo agradecen.