Lo mejor está por llegar

Mi foto
Analista Deportivo en Medios de Comunicación. Profesor de la Real Federación Andaluza de Fútbol. Analista Deportivo en Real Betis. Asesor Deportivo. Escritor del primer libro internacional sobre "Scouting Deportivo : Metogología, Scouting y Coaching" obra considerada el comienzo de la revolución del analista y del análisis como herramientas imprescindibles para profesionalizar el fútbol modesto. Colaboro con revistas especializadas, programas de radio... Para potenciar el #NetworkingSD fundé La Tertulia 10.

martes, 18 de noviembre de 2008

Maestro en constancia

Paco Chaparro se pone de ejemplo ante los futuros entrenadores · El técnico cree que la perseverancia y la fe en uno mismo son claves para ser preparador

Miguel Lasida / Sevilla Actualizado 18.11.2008 - 05:02
zoom
La Universidad Pablo de Olavide acogió ayer la apertura del curso de técnico deportivo de fútbol y fútbol sala. Como es habitual, de la primera clase magistral se ocupó lo más granado del balompié sevillano. Y, según lo previsto, el curso fue introducido por el protocolo. Las autoridades académicas y federativas brindaron por el éxito del curso y por el acierto de la cátedra ofrecida por la universidad sevillana.

Las corbatas y las chaquetas dieron luego paso a las zapatillas y el balón. Las palabras encorsetadas dieron paso al verso suelto de Paco Chaparro, verdadero protagonista de la ceremonia de inauguración.

El entrenador bético avisaba desde el principio. "Señores, ser entrenador de Primera es muy complicado. Pero hay que soñar. Yo siempre quise ser entrenador de Primera. He cumplido este sueño. Pero no hay que dejar de soñar. Yo, si puedo, y me dejan, haré al Betis campeón".

El auditorio atendía sin parpadear. Enfrente había un fraile que había sido antes cocinero, pinche y lavavajillas. El magisterio de Chaparro proviene de una capacidad pedagógica que para sí la quisieran algunos catedráticos que se creen de postín. El historial del trianero es para sujetarse agarrado a la silla. En el ámbito académico y en el deportivo. Y en el mixto, dado los diez años que fue profesor de entrenadores.

"Nunca puede desesperarse uno", se dirigió Chaparro con un tono rayando lo exhortativo. "Si quieren progresar, hay que aprender primero. Pero antes hay que quererlo con pasión y luego soñarlo. Yo entreno ahora en Primera. Ahora me ha llegado el momento. Y lo he hecho cuando he sentido que estaba preparado. Y ahora sigo soñando. Mi próximo sueño es ser campeón con el Betis".

El repaso por el historial deportivo del técnico bético es como recitar la lista de los reyes godos o explicar con detalle el testamento de los Católicos. A cada poco soltaba una perla, unas veces susurrando, otras haciendo atronar los altavoces. "Cuento todo esto para que se preparen, para que aprendan para aprender a entrenar, no para simplemente aprobar".

No quería el entrenador desvelar secretos inconfesables. "¿Quedan periodistas?", inquirió cuando llegaba el turno de la confidencia. "Prefiero que me pregunten de cosas que tengan que ver con el fútbol en general, porque del Betis ni puedo ni debo". Sin embargo, como a ese bailarín al que se le van las piernas ante un son familiar, a Chaparro se le iba escapando algún que otro secreto.

"Cuando cogí al equipo la temporada pasada", contó Chaparro a colación de una pregunta centrada en el papel de la psicología en el fútbol, "nos encontramos a un equipo física y tácticamente hundido. Algo había que hacer. Me presenté uno a uno, un apretón de manos, y les transmití mi beticismo. Después ya vino lo del Resistiré, que no es una canción que me guste especialmente, pero que tiene un mensaje muy puro y apropiado a lo que le afectaba a la plantilla".

Chaparro ha hecho todo lo que ha estado de su mano para lograr ser entrenador de fútbol. Ha dirigido sin cobrar al Isla Cristina. Tampoco cobraban los jugadores. Pero ascendieron. "El mensaje es que, a veces, si quieres cumplir con tu sueño tienes que pasar por situaciones que no imaginas", advierte a una pléyade de futuros entrenadores de fútbol y fútbol sala.

A Chaparro se le iba acabando el tiempo, pero no las historias. Tuvo tiempo para hablar de los sistemas. ¿Priman éstos sobre los jugadores o viceversa? "De las dos formas se puede hacer. Mi ideal es jugar con un 4-3-3, pero como el Barcelona es difícil hacerlo. Este sistema requiere de más especialistas que el 4-4-2. Ahora bien, cuando se llega a una cierta experiencia y profesionalidad, un jugador puede jugar y cumplir casi desde todas las posiciones del campo. El entrenador tiene que ser capaz de sacarle el máximo provecho a cada futbolista en el puesto que más rinde".

El técnico trianero, que entrena al club de sus colores en su otoño vital, puede hablar con propiedad. "Hay que trabajar. Perseverar. Y soñar. No lo olviden". Una clase magistral.

jueves, 13 de noviembre de 2008

La fábrica del Arsenal pide paso

VELA, MÉRIDA, RANDALL, RAMSEY, GIBBS O WILSHERE SON ALGUNAS JOYAS 'GUNNERS'

Por JAVIER ESTEPA ·
El pasado martes en la Carling Cup Arsène Wenger mandó un mensaje al fútbol mundial. El entrenador francés sacó a escena a todos sus jóvenes estrellas ante el Wigan y demostró dos cosas. Una, que el Arsenal tiene plantilla suficiente para aspirar a cosas importantes esta temporada, y dos, que la fábrica de los 'gunners' asusta.

Para muestra de esta segunda premisa está la alineación que utilizó Wenger para el partido ante el Wigan. Con una media de poco más de 19 años sobre el terreno de juego, los pupilos de Wenger se impusieron con total claridad al Wigan por 3-0 y pusieron al Arsenal en los cuartos de final de la Carling Cup.

La fábrica del Arsenal trabaja a marchas forzadas y los resultados no han tardado mucho en dar sus frutos. Las jovenes estrellas de los 'gunners' y que este martes dieron un golpe en la mesa fueron Fabianki, Djourou, Hoyte, Gibbs, Song, Randall, Ramsey, Fran Mérida, Wilshere, Vela y Bendtner.

Lukasz Fabianski es el más 'viejo' de todos los anunciados anteriormente. Con 23 años, este polaco es el segundo guardameta del Arsenal y llegó a los 'gunners' para que Manuel Almunia tuviera las espaldas bien cubiertas. Es un portero de envergadura y muchos le comparan con Cech, del Chelsea. Hoyte es otra de las perlas del Arsenal. Este defensa inglés llegó al club 'gunner' en 2004 y está considerado una de las promesas del Arsenal de Wenger. Djourou nació en Costa de Marfíl pero está nacionalizado suizo. Es defensa y llegó al Arsenal con tan sólo 17 años. Djourou ya ha sido internacional con la selección suiza y formó parte de la expedición que disputó el Mundial de Alemania en 2006.

Song, pieza fundamental en la pasada Copa de África con Camerún, es de la misma quinta que Djourou. Con 21 años ya ha tenido minutos con el primer equipo y se ha forjado en el club francés Bastia. Gibbs y Randall son dos de los tres jugadores que Inglaterra tiene en ellos muchas esperanzas puestas. Los tres futbolistas se están forjando en las categorías inferiores del Arsenal y trabajan duro para dar el salto al primer equipo. Pero el que destaca el Wilshere que, con tan sólo 16 años, está creciendo a marchas forzadas y ya es considerado como el nuevo Cesc. Este martes Wilshere jugó ante el Wigan y demostró su calidad. Llegó a la Academia del Arsenal en 2001 y Wenger ya ha anunciado que será una pieza clave para los 'gunners' en el futuro. Ramsey, galés de 18 años, y Simpson, que ayer marcó dos goles, también están dejando con la boca abierta a más de uno.


'Viejos' conocidos

Dos jugadores que están haciendo las cosas realmente bien en el Arsenal son dos 'viejos' conocidos de la Liga española. Son Fran Mérida y Carlos Vela. El primero firmó con el Arsenal cuando sólo tenía 17 años. Wenger lo definió como un jugador "sorprendente". La temporada pasada jugó cedido en la Real Sociedad y volvió a la disciplina de los 'gunners' unos meses después.

A Carlos Vela también pudimos verle en acción en España. El mexicano es uno de los delanteros más prometedores del panorama futbolístico actual. El Arsenal le fichó en 2005 por cuatro millones de euros. Antes de triunfar en el club londinense, Vela jugó en el Salamanca y en Osasuna. Esta campaña regresó a las órdenes de Arsène Wenger para formar parte del primer equipo.

A un portero de hockey le dan siete semanas de vida y sigue entrenándose

EL ALEMÁN ROBERT MÜLLER HACE VIDA NORMAL, PESE AL CÁNCER QUE PADECE

VÍCTOR JORDÁN · Madrid Robert Müller, portero alemán de hockey hielo, lleva muchos años deteniendo los discos que intentan entrar en su portería. Sin embargo, nunca ha estado ante una parada tan complicada como la que tiene que afrontar ahora: un cáncer cerebral. Corría el año 2006 cuando después de sufrir unos mareos se le detectaba un gliobastoma en el cerebro. Se trata de un cáncer muy agresivo y de rápido crecimiento que consume la vida de sus víctimas en muy poco tiempo.

Sin embargo, Müller afrontó la enfermedad con entereza y tras una intervención en la que se le extirpó parcialmente el tumor volvía a las pistas de hielo. De hecho, sólo tres meses estuvo alejadas de ellas. Entonces tuvo que cambiar sus utensilios de portero por la quimioterapia y las pistas de hielo por los hospitales, pero una vez más evitó que el gol del cáncer entrara en su portería. “Soy muy afortunado. Sé que me queda algo del tumor dentro, pero tengo que ser positivo”, declaraba el bueno de Robert tras su regreso a las pistas. Un regreso que no pudo ser más fructífero, ya que ayudó a su actual equipo, el Kölner Haie, a conquistar el subcampeonato de la liga alemana y defendió los colores de su selección en el Mundial de Canadá.

Este alemán de 28 años, casado y padre de dos hijos siguió con su vida de deportista, con sus entrenamientos y entregado en cuerpo y alma a su gran pasión, el hockey hielo. Sin embargo, el pasado verano, en una revisión rutinaria, el cáncer volvía a hacer acto de presencia y esta vez más grande y agresivo que antes. Müller volvió a pasar por el quirófano, pero esta vez tampoco se pudo extirpar el tumor en su totalidad y los restos que quedan le oprimen las venas del cerebro cada vez con mayor vehemencia.


Los médicos se han dado por vencidos

De hecho, los médicos que le tratan se han dado por vencidos, algo que aún no ha hecho Müller, y tan sólo le auguran siete semanas de vida. “La mayoría de los pacientes de este tipo de enfermedad no supera el año de vida y tan sólo el 3% alcanza los cinco años”, reconoce Wolfgang Wick, oncólogo de la Universidad de Heidelberg y que trata a Robert Müller desde que se le diagnosticara su enfermedad.

Ni siquiera 50 días de vida y Müller sigue con la misma alegría que siempre le ha caracterizado. “Sólo pienso en el hockey”, dice. “Ahora mi único objetivo es disputar el arranque del Campeonato alemán —a finales de noviembre— y agradecer de esta forma a mi equipo la confianza que han depositado en mí”, prosigue el portero germano, que reconoce no tener dolores ni minusvalías para poder desempeñando su profesión. Aunque avisa de sus intenciones: “Quiero que se me trate como al resto de mis compañeros, no quiero jugar por compasión”. Sin duda, otro gesto más de la entereza de todo un superviviente y un luchador que se enfrenta al reto más difícil que jamás se le puede presentar a una persona. 

lunes, 3 de noviembre de 2008

La 'Rafalution' entra en la historia del Liverpool

Cumple su quinta temporada en Anfield y acaba contrato el año próximo. El club no le ha ofrecido aún la renovación y la propia Prensa inglesa presiona para que lo haga. Ofertas no le faltan, ni le faltarán. Su prioridad es continuar. Cree que es la hora de recoger el fruto del trabajo hecho.

La 'Rafalution' entra en la historia del Liverpool

Mas allá de derrotas puntuales como la del sábado, o rachas positivas como la que lleva el equipo en este brillante comienzo de temporada, lo que nadie discute en Liverpool es que Rafa Benítez (Madrid, 48 años) ya forma parte de la historia de este club fundado en 1892 y que tiene cinco Copas de Europa, tres Copas de la UEFA, 18 Ligas y siete Copas en sus vitrinas. Comenzó a hacerlo en su primer año, al conquistar la Champions de Estambul (2005) veinte años después de la ya casi olvidada cuarta Copa de Europa, y no ha dejado de integrarse ni un solo día desde entonces. En estos cuatro años largos, Rafa Benítez ha revolucionado el Liverpool. Es lo que aquí se llama la Rafalution. Una revolución que alcanza a todos los niveles y conceptos que tienen que ver con un equipo de fútbol. Desde la renovación de la plantilla a Melwood, la Ciudad Deportiva. Desde los viajes a la alimentación. Desde los métodos de trabajo a los costumbres más tradicionales...

Estadísticas.

Además, le avalan los números. Y ya se sabe que en el Reino Unido, en el fútbol, la estadística es cuidada y valorada. Para un club que en toda su historia sólo ha tenido 17 entrenadores, la figura del técnico es mirada con lupa. Sobre todo a raíz del paso por el club del legendario Bill Shankly (1959-74) y sus sucesores, todos ayudantes suyos en el mítico Boot room de Anfield.

Y arrancando de Shankly, la comparativa de partidos jugados y ganados, empatados y perdidos coloca a Benítez por delante de Fagan, Moran, Souness, Evans y Houlier, empatado con Paisley y sólo por debajo de Dalglish, que tiene casi un 61 por ciento de victorias por el 57 del español, aunque hay que tener en cuenta que entonces (85-91) el Liverpool no jugaba competiciones continentales por estar sancionado por la UEFA después de la tragedia de Heysel (1986).

Estos números son los que precisamente han provocado que sea la propia Prensa inglesa la que recuerde al Liverpool que su contrato acaba el 30 de junio de 2010 y al madrileño no le faltan precisamente ofertas, tanto de la Premier, como de Italia (Juventus), Alemania (Bayern), por no recordar que el Real Madrid estuvo reunido con él antes de fichar a Schuster. Ahora mismo es el cuarto técnico en antigüedad de la Premier después de Ferguson (Manchester United), Wenger (Arsenal) y Moyes (Everton).

Método.

Con el aval de ganar la Champions en su primera temporada, Benítez ha impuesto su metodología en el Liverpool. De aquel su primer curso (2004-05) sólo quedan cuatro jugadores: Carragher, Gerrard, Hyppia, que ya estaban en el club, y Xabi Alonso que llegó con él. También ha reestructurado todo su equipo directo de trabajo. Llegó acompañado de Paco Ayestarán, su mano derecha desde hacía más de diez años, José Manuel Ochotorena, con el que había trabajado en el Valencia, y Paco Herrera, al que conocía de su etapa en el Extremadura y se sumó Miller, un técnico que estaba en el club.

Ya no queda ninguno. Todos se fueron marchando con buenas ofertas de trabajo, aunque la salida de Ayestarán fue la más traumática por el importante papel que desempeñaba. Ahora a su lado están Sammy Lee, un histórico de los red y ex de Osasuna, y Pellegrino, ex del Valencia, además de Paco de Miguel, como responsable de la parcela física, y Eduardo Macía, como jefe de ojeadores.

Benítez baja todos los días al campo. No es un mánager puramente a la inglesa. Como él dice "tengo más de entrenador español que de mánager inglés". No es como Ferguson que se puede ir a las carreras de caballos la víspera de un partido de la Premier. Él controla toda la parcela táctica del equipo y antes o después cumple con sus funciones puramente de mánager. Su dedicación al club es absoluta. Jornadas de trabajo de 10-12 horas. De ocho de la mañana a las seis de la tarde. Nada se decide sin pasar por sus manos, aunque la última palabra en asuntos de fichajes la tiene Richard Parry, máximo ejecutivo del club, con el que tiene sus más y sus menos por cuestiones económicas que provocan que al club se le escapen jugadores importantes.

Su "cocina" está en Melwood, la ciudad deportiva, que ha convertido en su centro de operaciones. "Es un recinto para trabajar, no para enseñarlo a las visitas", dice Benítez mientras muestra orgulloso su obra. Con su llegada los cambios son evidentes. Puramente futbolísticos y de convivencia. Desde su despacho contempla los tres grandes campos de trabajo y a iniciativa suya se ha cerrado un cuarto campo para proteger a los jugadores del mal tiempo habitual en esta zona del país. En estos cuatro años ha remodelado los vestuarios, -los jugadores no pueden entrar en él con las botas-, ha montado un gimnasio del siglo XXI y una sala de vídeos en la que se puede pedir cualquier partido de una docena de Ligas de todo el mundo. Por las paredes cuelgan fotos y cuadros que rememoran la historia del club y contienen mensajes que recuerdan los valores que siempre le han caracterizado: solidaridad, esfuerzo, constancia, ambición... "Nuestra tradición es ganar, no hacer amigos y para eso estamos aquí".

Su última aportación a Melwood es una pequeña residencia de 12 habitaciones. Espacios reducidos con dos camas más propias para niños que para profesionales, pero que permiten al equipo descansar antes de los partidos de Anfield ya que nunca se concentran en la víspera, salvo en caso de viaje.

En Melwood no se pueden tener los móviles encendidos.