Lo mejor está por llegar

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Analista Deportivo en Medios de Comunicación. Profesor de la Real Federación Andaluza de Fútbol. Analista Deportivo en Real Betis. Asesor Deportivo. Escritor del primer libro internacional sobre "Scouting Deportivo : Metogología, Scouting y Coaching" obra considerada el comienzo de la revolución del analista y del análisis como herramientas imprescindibles para profesionalizar el fútbol modesto. Colaboro con revistas especializadas, programas de radio... Para potenciar el #NetworkingSD fundé La Tertulia 10.

lunes, 23 de marzo de 2009

El manual del tío Toni

Toni y Rafa, en un entrenamiento. (AP)

Toni y Rafa, en un entrenamiento. (AP)

23 de marzo.- Contaba Toni Nadal en su momento, en una de las primeras presencias de Rafael Nadal en el Abierto de los Estados Unidos, que uno de los motivos de que no llegase más adelante en el torneo había sido la mala predisposición, las continuas quejas sobre las características de las pelotas.

"No las van a cambiar, tendrás que adaptarte a ellas", vino a decirle su tío y entrenador. El hoy número uno del mundo aún no había terminado de asimilar las enseñanzas del hombre que, entre otras muchas cosas, le aconsejó desde chico que nunca debería tirar la raqueta al suelo, que eso era un síntoma de mala educación y de falta de respeto hacia el tenis.

Rafael Nadal peleó ayer en la final de Indian Wells contra Andy Murray y contra los elementos. Terminó por ser más obstinada la presión del viento que la resistencia del número cuatro del mundo, superado por las circunstancias adversas. Consciente de que el vendaval no se iba a detener por muchas malas caras que le pusiese o por muchos monólogos que articulase, el campeón se puso a trabajar para hacer frente a las incomodidades, que son muchísmas en este deporte cuando el aire se pone en agitado movimiento.

El español juega desde hace bastante tiempo con protección para sus rodillas, depende notablemente de su condición física y es capaz de disputar partidos con bastante dolor. Así lo hizo, por ejemplo, en el último torneo de Wimbledon, donde debió de jugar infiltrado desde la segunda ronda. Lo ganó, como es sabido, en aquella maravillosa final contra Roger Federer. "Para ser feliz hay que ser austero", dice Toni Nadal en una entrevista publicada por Juan José Mateo en la última página de 'El País' el pasado 2 de agosto. "En esta vida hay que aprender a conjugar el verbo aguantarse. Yo me aguanto, tú te aguantas y él...", prosigue Toni. "Y eso es lo que no hace la gente hoy en día. Todo son pegas. Sin darle un concepto religioso, la gente es menos sacrificada. Eso es lo que he intentado transmitirle a Rafael. Le digo: 'Aunque a ti te vayan las cosas muy bien, aunque tengas dinero y éxito, tendrás que aguantarte, porque habrá cosas que no podrás controlar. Morirá un familiar. Te dejará la novia. Y te tendrás que aguantar".

La final de Indian Wells fue así un escenario ideal para poner en práctica el manual de estoicismo de Toni Nadal, un hombre cuya cuota de responsabilidad en el tallado del joven triunfador es mucho más alta de la que corresponde a la inmensa mayoría de los entrenadores del circuito con sus respectivos pupilos. La suya es una formación integral, de la que sacará provecho a lo largo de toda su vida, mucho después de colgar la raqueta.

domingo, 15 de marzo de 2009

AGRADECIMIENTOS

Torres: "Luis me hizo sufrir para que mejorara"

Fernando Torres

Nombre
Fernando José Torres Sanz
Fecha de nacimiento
20/03/1984
Lugar
España
Estatura y peso
1.83m / 70kg
Demarcación
DELANTERO
Club actual
Liverpool
Historial
Liverpool (01/07/2007 - Actualmente)
Atlético (01/07/2000 - 30/06/2007)
España (09/06/2006 - 09/07/2006)
España (60/80/ 200 - 62/80/ 200)
El delantero del Liverpool agradece el trato duro del seleccionador: "Un entrenador te da equilibrio. Es malo que te idolatre". También asegura que su sueño siempre fue jugar de portero.

JOSÉ ANTONIO ESPINA 13/03/2009

Fernando Torres, delantero español del Liverpool, ha concedido una entrevista a la web oficial de la UEFA en la que revela sus inicios en el mundo del fútbol y la importancia de Luis Aragonés, que fue técnico suyo en el Atlético y en la Selección, en su carrera deportiva.

"En el Atlético Luis me enseñó no sólo cómo comportarse en el campo sino también cómo comportarse en el vestuario. Cuando eres un joven jugador, tienes que ser el primero en llegar y el último en irte. Además, la forma de respetar a tus compañeros de equipo: ser humilde y no hablar demasiado. Estas son cosas que estamos perdiendo dentro de un vestuario. Y me hizo sufrir. Me dejó en el banquillo o incluso en la grada. Me sustituyó en un montón de partidos, porque esperaba mucho de mí. Cuando se marchó, me di cuenta de la importancia de todas sus charlas y reprimendas y el deseo que tiene de que haga mejor las cosas".

"El entrenador es la persona que a menudo te mantiene equilibrado. Cuando el jugador comienza a pensar demasiado en uno mismo, le ayuda a resolver sus fallos y mejorar sus virtudes. Tener un entrenador que te idolatre es algo malo. El entrenador ha de ser coherente y siempre tiene que recordarte que puedes mejorar. Incluso cuando marcas dos o tres goles".

"Mi amor por el fútbol tiene más que ver con mi hermano, que era portero del equipo de Fuenlabrada, y necesitaba alguien que le tirase balones para entrenarse. Como hermano pequeño, esa era mi labor. Quería ser como mi hermano, como todo hermano pequeño, por eso quería ser portero, pero él no me dejó. Decía: "Yo soy el portero y tú tienes que tirarme balones". Siempre me gustó esa posición. Cuando era pequeño disputé algunos partidos como portero, pero una vez estaba jugando en una pista de cemento y me rompí un diente intentando parar un balón, así que mi hermano, y sobre todo mi madre, me prohibieron jugar más de portero".

Llegada al Atlético

Fernando Torres también explica cómo desembarcó en el Atlético: "Disputamos un partido de prueba con una gran cantidad de niños, de 20 minutos de juego, jugando once contra once... de modo que tenía 20 minutos para impresionar. A mí me fue bien. Pasé todas las pruebas hasta que llegué a las categorías inferiores del Atlético. Yo avanzaba cada año, siempre jugando con niños uno o dos años mayores que yo. Es importante competir con chicos mayores, que son mejores y son técnica y físicamente más fuertes, y piensan más rápido que uno. Esto me ayudó a crecer. Siempre maduré muy pronto y cuando cumplí 17 años, ya estaba en el primer equipo. Todo fue muy rápido a partir de entonces. Cuando miro hacia atrás, ni siquiera puedo recordarlo con claridad...".

miércoles, 4 de marzo de 2009

Si le dicen esto a éste...imagínate al resto

Ancelotti sobre Ronaldinho: "Hay que trabajar en los entrenamientos"

El técnico del Milán insinúa su descontento con la actitud del ex jugador del Barcelona y se muestra encantado con Beckham: "No tiene nada que envidiarle a Kaká".

Ancelotti sobre Ronaldinho:
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AS.COM 03/03/2009

Carlo Ancelotti, entrenador del Milán, censuró el comportamiento de Ronaldinho en una entrevista concedida al ex jugador rossonero Vikash Dhorasoo en la revista So Foot.

"Jugadores como él lo basan todo en el talento. Yo he entrenado a grandes jugadores y la mayoría piensan que les basta con ese talento. Pero en el fútbol moderno, quien no tiene una buena condición física y trabaja en los entrenamientos, difícilmente brillará en los partidos".

El técnico italiano también habló de Beckham: "Al principio, tenía que entrenarse aquí dos meses y no pensaba hacerle jugar. Pero después de ver cómo se entrenaba, no tuve elección. Ya estuvimos cerca de traerlo hace dos años, pero la posibilidad se esfumó. Es un gran jugador, no un superclase, pero que me ha conquistado con sus prestaciones y su carácter. En el campo lo ve todo antes que los demás. Su visión del fútbol es mejor a la que tenía cuando estaba en el Manchester. No tiene nada que envidiarle a Kaká. Es más lento, pero más fuerte técnica y tácticamente. Y después, es muy inteligente y trabaja mucho. Una verdadera bestia".

A diferencia de Beckham, Ancelotti también habla de jugadores ejemplares. "En 20 años de profesional no se ha quejado en un solo entrenamiento", dice de Maldini.

También siente admiración por Seedorf: "Es uno de los jugadores más importantes. Un todoterreno. Juega en cualquier posición sin perder rendimiento".

Preguntado sobre los tres Balones de Oro que hay en el equipo, Ancelotti dice: "No somos el Madrid de los Galácticos. No miramos el palmarés, sino la utilidad para el equipo. Estoy convencido, por ejemplo, de que Shevchenko volverá a los tiempos dorados".

Respecto a Gourcuff, sensación del fútbol francés y cedido al Burdeos por el club milanista, Ancelotti dijo: "El Milán precisa que los jugadores muestren su valor rápidamente y no se puede dar continuidad a los jóvenes. Es un pecado, pero es así. Entiendo que se desilusionara, pero cuando jugaba tendía demasiado a probar su propio valor de forma individual y no jugando para el equipo. Es un gran jugador, pero su mentalidad es un problema. Se derrumba rápidamente. ¿Dicen que se parece a Zidane? Espero que llegue a su nivel".

domingo, 1 de marzo de 2009

Nada es igual a la Roma

  • El equipo de Spalletti juega sin un 9 fijo y con cinco centrocampistas
  • Su sistema falló el día en que perdieron 7-1 ante el Manchester
Mancini, uno de los jugadores más peligrosos de la Roma, intenta llegar al balón. (Foto: EFE)
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Mancini, uno de los jugadores más peligrosos de la Roma, intenta llegar al balón. (Foto: EFE)

JESÚS ALCAIDE

MADRID.- No hay constancia de un equipo en el mundo similar a la Roma. Los hay mejores y peores, quizás algo parecidos o radicalmente distintos, pero ninguno igual a la escuadra que Luciano Spalletti se ha inventado y que en los tres últimos años se ha convertido en un 'perro verde' dentro de lo que se estila en el calcio. [Vídeo: Schuster] [Previa gráfica]

La paradoja romanista llega al punto de que juega sin un delantero fijo y sin embargo es un grupo ofensivo que mira más al arco rival que al propio. Los matices del fútbol son, en ocasiones inescrutables. La Juventus, por ejemplo, sí sale a veces hasta con tres puntas y contemplar alguno de sus partidos podría ser utilizado como tortura para acabar con el enemigo. Por cierto, en la última jornada, Juve 1 Roma 0.

Luciano Spalletti no parece italiano, pero se asemeja a Arrigo Sacchi no sólo por su aspecto físico y su rapada cabellera, sino porque también, a su modo, ha creado un nuevo concepto en Italia, el de un equipo que renuncia al pelotazo, adelanta la línea defensiva y trata de tocar tejiendo una tela de araña en el centro del campo, donde sitúa a cinco jugadores. Dos de ellos son de contención, generalmente De Rossi y Pizarro, pero ambos tienen un buen manejo de pelota, tienen criterio para elaborar y, sobre todo el primero, ejerce como recuperador y se perfila como el sucesor de Totti en la grada del Olímpico. Se ha criado en la escuela de Trigoria desde los 12 años y es más romanista que la loba de la bandera, la que amamantó a Rómulo y Remo.

Los otros tres se colocan en una segunda línea de trescuartistas por delante, pero con libertad para intercambiar sus posiciones. El movimiento y las rotaciones son continuas, no hay referencias fijas y los defensores rivales siempre tienen serios problemas para enfocar sus sistemas de marcaje. Normalmente, dos de ellos, que contra el Madrid pueden ser Giuly y Mancini, arrancan desde las bandas y Perrotta ayuda a los mediocentros más defensivos. También es habitual el brasileño Taddei, al que le puede quitar el puesto Giuly.

Arriba, aunque sólo aparentemente, queda Totti, el símbolo del club, el hombre que a sus 30 años ya tiene asumido que morirá deportivamente con la camiseta roja y al que, cuando se retire pondrán dos estatuas, una en el estadio y otra al lado del Coliseo. Es el César de Roma, el hombre que pudo ser madridista hace varios años, cuando jugaba como mediapunta. Las necesidades del equipo le adelantaron unos metros y, de hecho, el pasado año ganó la Bota de Oro como máximo goleador europeo.

Sin embargo, no juega como 9 puro, sino que baja unos metros, enreda entre líneas y colabora en funciones de elaboración con los cinco centrocampistas. En medio de este invento revolucionario que, en ocasiones, representa un sistema de 4-6-0, Totti se ha destapado como goleador fiable.

La defensa arriesga adelándose hasta los límites menos permitidos, con lo que ahoga a los contrarios y les deja sin espacio. El problema se da cuando falla una pieza del sistema y equipos rápidos y verticales como el Manchester les hacen siete goles. Ocurrió en Old Trafford.

Sin embargo, la legión de centrocampistas funciona con cierto decoro. El equipo juega bien al fútbol, Spalletti fue declarado entrenador del año en su país, ya ha caído una Copa de Italia y en la Liga nadie duda de que la Roma, al menos, acabará segunda. Falta sorprender en Europa, donde la palabra Real Madrid siempre ha sido tabú inabordable. Por cierto, cuando todo falla, siempre aparece un delantero puro en el banquillo. El montenegrino Vucinic es la alternativa clásica.

"Con los jugadores que tenemos, no queda otra que el tiqui-taca"

Fútbol Los lunes del Asador Donostiarra

Cruyff abrió en el Barça la escuela del 'cuatro' y Milla fue el primer licenciado. Nadie como él para hablar de tiqui-taca, en todas sus versiones, que las hay. De Guardiola a Xavi, de Cesc a Iniesta. Lo contó en el Asador Donostiarra.

Luis Nieto 08/04/2008

Sólo jugó tres partidos en la Selección, pero la carrera deportiva de Luis Milla Aspas (Teruel, 1966) tiene un libro. Con él inauguró Cruyff la escuela del 'cuatro', con él intentó el holandés implantar el límite salarial de los canteranos, por él tuvo Mendoza la gran bronca con el Barça (pagó 340 millones de pesetas para que rescindiera su contrato, diez de los cuales fueron a parar al Atlético, que se alió con el Barça en la pelea) y él tuvo que declarar en la Federación tras denunciar un intento de soborno antes de jugarse con el Madrid una de las dos ligas de Tenerife. "Mejor no mover aquello", aconseja con la prudencia propia de su carácter y de su cargo, segundo ayudante del Supergetafe de Laudrup por recomendación de Michel al presidente Ángel Torres: "Habíamos sido compañeros y coincidimos en la escuela de entrenadores".

Milla, hijo de un ferroviario hincha del Valencia y único internacional español de Teruel, nació 'cuatro' antes de que Cruyff se inventara el puesto, que viene a ser una especie de mediocentro computadora con sólo tres defensas a la espalda, sin licencia para perder el balón o para pegar un pelotazo, una sencilla red de distribución. "Yo jugaba en Tercera con 17 años, en el Teruel, y vino a verme el Zaragoza, pero ellos creyeron que no tenía presencia física para jugar ahí. Entonces apareció Jaume Olivé, coordinador del fútbol base del Barça y creo que tercer entrenador en la era Michels, y me fichó. En La Masía no importó demasiado que no fuera un jugador físico. Ellos buscaban futbolistas de toque, con buena salida de balón y que leyeran el juego un instante antes que los demás. Yo lo llevaba dentro. Estuve en el juvenil medio año y año y medio en el filial. Y entonces me llamó Cruyff, que había visto y utilizado este tipo de futbolista en Holanda, donde uno de los centrales jugaba más adelantado e iniciaba la transición. Al principio dudó entre Roberto y yo. Y al final me puso a mí y creó una escuela en la cantera del Barça. Él impuso que todos los equipos inferiores jugaran como el primero porque el proyecto era a largo plazo y ningún jugador extrañaría el puesto si daba el salto a la plantilla profesional. Cruyff fue importante a la hora de marcar estilo. Por eso en La Masía salen mediocentros de mi corte y en Zaragoza, por ejemplo, jugadores como Zapater, también muy buenos para un equipo".

Aquella relación con Cruyff, que empezó en 1988, fue fugaz: "Yo tenía que renovar y él consideraba que los canteranos no debíamos superar un límite salarial, así que me dijo en marzo que no volvería a jugar si no firmaba según sus condiciones. Luis Suárez me había llevado a tres partidos con la Selección y tenía posibilidades de acudir al Mundial 90, pero me quedé sin ir porque el seleccionador me dijo que no podía convocar a un jugador que no actuaba en su club". Total, que se rompió la pareja, pero quedó el puesto: "Ahí estaba Guardiola, que tenía cuatro años menos que yo, pero apuntaba muy alto. Yo había coincidido con él en La Masía y ya en los rondos que montábamos en el jardín, cuando él tenía sólo trece años, se veía que iba a ser un jugador espectacular. Él fue el referente básico, por la época en la que le tocó vivir y por los éxitos que logró el Barça". Y la producción de esta especie autóctona de mediocentro ya no se ha detenido: "Algunos se quedaron y otros, como Celades, Arteta o Crosas, el último en aparecer, tuvieron que irse. Y tampoco todos son iguales. Iniesta tiene más regate y más juego por fuera, Cesc es un llegador. Xavi resulta el más táctico. De la Peña ha acabado por convertirse en un enganche. Pero el fundamento es el mismo. Se trata de formar jugadores que te permitan tener la posesión, capaces de alternar el juego en largo y en corto, que ven un poco antes que los demás, que son más rápidos de cabeza que de piernas. En muchos casos es un recurso. Con nuestro físico no puedes chocar, y jugar rápido, a uno o dos toques, es la manera de evitarlo. Además, yo me encontraba algunas veces con Eusebio, Koeman y Goikoetxea por detrás y la exigencia de no equivocarte era máxima. Había que jugar a un toque y no perderla. E hice de eso un reto personal. En el Madrid, Giráldez, preparador físico, me contabilizaba las pérdidas. Jugar sencillo te da ventajas. En dos toques rompes la presión del rival. Eso lo hace fenomenal De la Red". Saltando de 'cuatro' en 'cuatro' la conversación ha llegado al jugador de la semana: "Es perfecto en un sistema 4-1-4-1. Entiende el juego, hace bien las coberturas, puede actuar de central, va bien de cabeza y hasta tiene llegada. Es un jugador para el Madrid y para la Selección". ¿Y Granero?: "Quizá le convenga otro año en el Getafe, donde la continuidad le dará confianza".

La conversación, como él, ha pasado del Barça al Madrid, donde Gago ejerce de 'cinco' argentino: "Es un jugador con aire de 'cuatro' y que, aunque se le ha comparado mucho, sólo tiene que ver con Redondo en el físico. En el Madrid debe robar, hacer el trabajo sucio. Pero eso mismo me ocurrió a mí cuando llegué allí, con un mediocampo en rombo y jugando a la espalda de Hagi". Y en algunos momentos fue discutido: "¿Quién no ha sido silbado alguna vez en un club grande? Si la transición no es rápida, el 'cuatro' es el culpable".

De aquel invento de Cruyff vive ahora la Selección española, encomendada a Xavi, Cesc e Iniesta: "Y a mí me parece fenomenal. Con los jugadores que tenemos no queda otra que el tiqui-taca, que en nuestro caso nos da opciones de jugar por fuera y por dentro, siempre que los laterales suban. La segunda línea de ataque es efectiva y las perspectivas de hacerlo bien en la Eurocopa son buenas. El problema es el de siempre, saber cómo llegarán los jugadores a la cita". Y mientras el equipo nacional se llena de 'millas', en el puesto que fue suyo en el Barça faena ahora Yayá Touré: "Los entrenadores acaban buscando el equilibrio y, además, ahora existe una mayor exigencia física. Los jugadores son más altos, más fuertes y hasta más guapos. Además, Touré saca bien el balón. Y existen otras propuestas, como las de Osasuna o Athletic, con un juego más directo. Y otros equipos alternan. El Sevilla, por ejemplo, si se atasca, le manda pelotas a Kanouté, para que las juegue o para que las baje".

Sus equipos. Milla repasa emocionado su carrera. Recita los entrenadores que tuvo en siete años en el Madrid, con el que ganó dos Ligas y una Copa; el fichaje por 'su' Valencia, donde conquistó otra Copa y jugó dos finales de Champions, y la oferta que tuvo del Atlético durante su año en el infierno: "Al final trajeron a Nagore y yo me retiré". Ahora, con ojos de entrenador, la experiencia le da para analizar con precisión la Liga: "Es una competición soberbia por la igualdad, con equipos como el Villarreal o el Barcelona que juegan muy bien. También lo hace en ocasiones el Madrid. De otros se esperaba que jugaran mejor, como el Zaragoza o el Atlético, aunque el frente de ataque de éste es impresionante. Y luego está el Valencia, que intenta cambiar el estilo en una situación complicada, porque en los equipos grandes no se debe hacer a mitad de temporada". Está caliente el asunto Ronaldinho: "La sensación es que se le podía haber vendido el verano pasado. Los jugadores tienen cuatro o cinco años de gran rendimiento y luego decaen. Es difícil averiguar cuál es el momento de vender. Eso lo leía Cruyff perfectamente". Y llega Bojan: "Es muy bueno. Tiene 17 años y no para de hacer goles. Puede ser el Raúl del Barça". Lo dice quien vio nacer al Raúl del Madrid: "Ya entonces, con 17 años, era un jugador muy profesional. En el fútbol duras lo que te entrenas, lo que te cuidas. El problema de Raúl es que está en un equipo de máxima exigencia y cuando ya no tenga el ritmo suficiente, no querrá irse del Madrid. En cualquier caso, es mejor que los jugadores emblema sean de la casa. Ellos transmiten el espíritu del club. Xavi, Iniesta, Casillas, Raúl...".

Y al final del repaso, el Getafe, enfrentado a las dos semanas más importantes de su historia. El jueves, ante el odiado Bayern, volverá a ser el equipo de España: "A todos nos hace felices que el equipo haya enganchado al país. Yo soy muy amigo de Sol, que fue jugador del Madrid y del Valencia, y él me llamó tras el partido de Lisboa frente al Benfica para decirme: "Me habéis emocionado". Yo sé que los chavales lo van a hacer bien el jueves, pero el Bayern es un equipazo...". Y después, la final de Copa, aparentemente más al alcance que la de la temporada pasada: "A un partido no valen crisis ni momentos de juego. El equipo que llega peor tiende a hacerse fuerte. Lo mejor para un entrenador ante un encuentro así es que sólo debe hablar con la plantilla de la forma de jugar. No hace falta motivar". Del día es la polémica por la jornada liguera previa a esa final copera, en la que el Getafe tiene que jugar el domingo y al Valencia se le permite hacerlo en sábado: "Supongo que lo arreglarán. Sería de ley".

Spalletti, el enemigo del 'catenaccio'

SU MARCADO ESTILO OFENSIVO CHOCA CON LA TRADICIONAL FILOSOFÍA ITALIANA

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA. Madrid Dentro del Calcio, Luciano Spalletti es un entrenador distinto. Como buen italiano, le gusta la táctica, la trabaja y la machaca hasta la saciedad. Pero se diferencia de sus compañeros de profesión en que a él le va más el fútbol ofensivo. Desde sus inicios con equipos modestos hasta la actualidad con la Roma, ha ido creciendo a base de buen juego, filosofía que ha inculcado a todos y que le ha dado siempre sus frutos. De hecho, el conjunto 'giallorosso', que vive uno de sus mejores momentos, es el equipo menos italiano de toda la Serie A. A pesar de jugar con un sólo punta, la obsesión de Spalletti por dominar el centro del campo y usar las bandas ha conferido a la Roma de un estilo distinto en Italia que es digno de admirar.

Después de haber sido un modesto futbolista profesional se pasó a los banquillos. Empezó a forjar su estilo desde muy abajo. Lo hizo en el Empoli, equipo en el que había jugado y que por entonces estaba en la Serie C (el equivalente a la Segunda B española). Spalletti llegó al club a seis jornadas para el final y con la difícil misión de salvarlo de un nuevo descenso. Al final lo consiguió en el 'playoff', iniciando una etapa sobresaliente en cuanto a juego y resultados para el Empoli que terminó cuando en 1998, cinco años después de su debut, se marchó a la Sampdoria. En ese periodo de tiempo no sólo salvó a un equipo avocado al abismo más profundo del fútbo italiano, sino que le hizo remontar el vuelo para colocarlo en la Serie A.

En la 'Samp' duró una temporada, al igual que en el Udinese, dejando dudas acerca de su calidad para entrenar a equipos de la máxima categoría del fútbol italiano. Sin embargo, en la campaña 2001-2002 cogió al Ancona a mitad de temporada y lo salvó de un descenso casi seguro. A pesar de sólo haber estado en el club seis meses, se le tiene un gran cariño por lo que fue capaz de conseguir cuando nadie daba un duro por ellos.

Transforma al Udinese

Esos mágicos seis meses le sirvieron para volver al Udinese en marzo del 2003. El equipo del norte de Italia pasaba por unas dificultades similares a las del Ancona el año anterior, pero Spalletti cumplió con el objetivo con una jornada de adelanto. Sin embargo, el de Certaldo no quería que le encasillara como un técnico 'salvador' después de lo que había conseguido con el Empoli en sus inicios y con el Ancona y el Udinese más recientemente. Por eso se empleó a fondo con el equipo 'bianconero', al que dirigió dos campañas más.

Con un juego marcadamente ofensivo, el modesto Udinese pasó de casi perder la categoría a salvarse y de ahí a lograr un puesto para la Copa de la UEFA en la temporada 03/04. Su mayor logro fue en la campaña siguiente, donde el equipo ascendió un peldaño más para lograr por primera vez en su historia clasificarse para la Liga de Campeones después de quedar cuarto en la liga.

Su impresionante labor no pasó desapercibida para una Roma que no atravesaba buenos momentos deportivos y que necesitaba urgentemente reflotar. Spalletti sabía que era su gran oportunidad para pasar de ser ese 'técnico salvador' a 'técnico campeón'. De todas formas, sus inicios con el conjunto capitalino no fueron los esperados. No fue hasta el mes de diciembre cuando la Roma 'renació'. Una vez que las ideas de Spalletti fueron asimilidas por la plantilla, el equipo protagonizó una espectacular remontada, ganando doce partidos consecutivos, lo que por entonces fue un récord en la Serie A.

Llegan los títulos

El equipo acabó la temporada quinto, aunque con el escándalo del 'Moggigate' fue finalmente segundo en detrimento de la Juventus, el Milan y la Fiorentina, logrando plaza directa para la Champions y siendo subcampeón de copa. Pero a Spalletti aún le faltaba algún título para confirmar que era un gran entrenador. Eso llegó la campaña pasada cuando, además de repetir subcampeonato, se vengó del 'todopoderoso' Inter ganándole la Copa con un espectacular 6-2 en el Olímpico. De hecho, la Roma fue el único equipo de Italia que pudo ganar a los de Mancini. Lo hizo en la Copa y en la Liga en San Siro, el día que pretendían cantar el alirón. Incluso, metió al equipo por primera vez en cuartos de final de la Liga de Campeones (la Roma fue finalista, pero con el formato de Copa de Europa, en 1984).

Esta temporada la comenzó ganando de nuevo al Inter, esta vez en la Supercopa de Italia. Aunque el Scudetto ya está perdido, aspira de nuevo a ser subcampeón de liga, a revalidar su título copero y, porqué no, optar a la Champions.