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Analista Deportivo en Medios de Comunicación. Profesor de la Real Federación Andaluza de Fútbol. Analista Deportivo en Real Betis. Asesor Deportivo. Escritor del primer libro internacional sobre "Scouting Deportivo : Metogología, Scouting y Coaching" obra considerada el comienzo de la revolución del analista y del análisis como herramientas imprescindibles para profesionalizar el fútbol modesto. Colaboro con revistas especializadas, programas de radio... Para potenciar el #NetworkingSD fundé La Tertulia 10.

jueves, 14 de mayo de 2009

REPRESENTANTES

La carrera profesional de un excelente negociante

Mar.10, 2009, en Noticias

Los inicios del representante de Alipio hasta subir a la cima del fútbol

Don Joaquim, veterano de la guerra de Angola, jubilado que compartió las ilusiones coloniales de Portugal, revolucionario que se levantó contra la dictadura de Salazar, idolatra a Jorge Mendes. “Él nos ha devuelto la ilusión. Su ascenso ha revitalizado a mi país. Demuestra que el trabajo, con unas gotas de ambición, no tiene límites. Con ejemplos como el de Jorge, volvemos a sentirnos orgullosos de ser portugueses. Lástima que no le conozca en persona. Es un referente para los hombres de negocios”, afirma el anciano mientras pasea bajo los árboles de la rotonda de Boavista. Miguel, de la misma quinta, hasta le propone para la jefatura del Estado.

A un centenar de metros, con unas vistas cristalinas de Oporto, Jorge Mendes Agostinho (Lisboa, 41 años) entra como un ciclón en su soleado despacho de la empresa Gestifute (Gestión de Carreras de Profesionales Deportivos). “Hemos introducido a los futbolistas portugueses en el mercado inglés. Hemos abierto puertas que muchos soñaban con abrir”, dice a toda prisa, “a mil por hora”, secuestrado por sus dos teléfonos móviles. “Y eso que hoy es un día tranquilo”, matiza mientras mantiene el tipo Luis Correia. Sobrino de Mendes, diez años menor, abandonó la “tranquila” vida en un banco para convertirse en el administrador de los derechos de imagen de los jugadores a través de Polaris Sports. “¿Y sabe qué? Que aunque haya días que no pare, que desayune en Londres, que almuerce en Madrid y cene en Milán, a ser posible sólo con una bolsa de mano y dos camisas para no tener que facturar… No me arrepentiré jamás de vivir esta gran aventura”.

Una aventura a la que se han rendido Roman Abramovich, dueño del Chelsea; Alexei Feduricsev, el millonario del Dinamo de Moscú… Todos ceden a los encantos de Mendes, por cuyos jugadores se pagaron 150 millones de euros en verano. Hasta el Manchester, que se gastó 57 por Anderson y Nani, dos cachorros. “Es una buena compra”, zanjan en la praceta do Bom Sucesso.

“Una de las razones de nuestro éxito es que somos innovadores. Todos los temas comerciales los llevamos directamente nosotros. Nos ocupamos personalmente de negociar con las empresas chinas, de los actos publicitarios en Indonesia o Malaisia…”, se enorgullece Correia. Licenciado en Económicas, gestiona desde hace 2005 la imagen de José Mourinho y los 71 jugadores de la compañía. Para reforzar su tesis muestra dos vídeos de promoción de “las joyas de la corona”: Cristiano Ronaldo y Mourinho. Mientras el extremo del Manchester hace mil y un malabarismos y cautiva con su sonrisa, el ex entrenador del Chelsea explota su imagen de “gentleman distante”. En uno de sus anuncios, The Special One salta de un avión en un paracaídas. “¡Es como James Bond! Asume para él toda la presión. Se ha inventado un personaje y lo cumple a las mil maravillas”.

Al contrario que Mourinho, Mendes no es un efecto mediático. El agente más importante del momento, que en el mercado de fichajes de verano colocó a Pepe en el Madrid por 30 millones de euros -”a quienes le critican tanto les invito a ver el partido del sábado en Bilbao. Pepe va a ser el mejor central de la historia del Madrid”, insiste-, rehuye los focos. Al revés que el resto de sus colegas, que se cochambean con la prensa para publicitar sus operaciones, prefiere las sombras. Encontrarse con él es un pequeño milagro. En los últimos diez años tan sólo ha recibido al diario A Bola. “¿Y usted quiere que le atienda?”, exclaman las oficinistas.

Detrás de ese aire enigmático tan trabajado, detrás del agente que convirtió en 2004 al Oporto -ganador de la Champions y un año antes de la Copa de la UEFA- en el club que más millones ha ganado de una tacada (70,5), con Mourinho y cuatro jugadores aterrizando en el Chelsea, se esconde un tipo sencillo. El hijo de Manuel, funcionario de la Administración Pública, y María, ama de casa, cambió su Lisboa natal, metrópoli de 2,6 millones de habitantes, por la villa de 30.000 almas de Viana do Castelo, a 50 kilómetros de la frontera con Galicia. “Porque antes de ser agente, mucho antes de todo eso, Jorge era futbolista. Y con 21 años se fue a buscar fortuna al Vianense”, asienten en su círculo íntimo.

Centrocampista izquierdo, dicen que incluso tuvo una oferta del Benfica. Pero Mendes tenía otros objetivos. Nada más llegar al club, de Segunda B, surgieron sus dotes como empresario. No sólo llegó a pedir la cesión de la gestión de las vallas publicitarias del estadio. Fue más allá. Abrió su primer videoclub. El emporio del mercader de futbolistas más poderoso del globo arrancó entre cintas de Beta y VHS, bajo los luminosos de Samui Video. “Por eso sabe bien el poder de la imagen”, se jactan en Gestifute. “¡Ja, ja, ja! Abría una tienda y la vendía a los pocos días por cuatro o cinco millones de pesetas”, cuenta Mendes mientras vuela por su despacho. En una bolsa lleva una camiseta de Pelé. Falta la firma de la promesa brasileña del Inter. El punto y final para que luzca con las zamarras de compañeros ilustres como Deco, Márquez -las que lucían en la final de la Champions que el Barça ganó al Arsenal en París-, Mourinho, Tiago, Pepe… “Para el mejor empresario del mundo”, se lee en la dedicatoria del zaguero madridista.

La fama precede a Mendes, “responsable de Cristiano y Mou, los dos embajadores de Portugal”. Nadie le critica. “En los negocios es el más habilidoso. Y un enfermo del trabajo”, le definen en el Barcelona. “Mantenemos una relación sana desde que hicimos nuestra primera operación, la de Hugo Leal [temporada 1999-2000]. Luego vinieron las demás”, observa Miguel Ángel Gil Marín. “No es el típico agente que coloca a un jugador y luego se despreocupa. No te lía con comisiones. Éste no. Es trabajador, honrado y busca un equilibro entre las tres partes: jugador, representante y club”, añade el consejero delegado del Atlético. El equipo rojiblanco tiene en nómina a cuatro de los chicos de Gestifute: Maniche, Seitaridis, Simão y Motta. “¿Y…? Sus jugadores suelen dar buen rendimiento. Además, Mendes está bien relacionado; es importante mantener contactos de su talla”, estiman en el Manzanares.

Pero ¿quién fue el primer jugador que representó Mendes? ¿Cómo comenzó su asalto desde un videoclub a la cima del fútbol? La respuesta la tiene Augusto César Lendoiro, el presidente con más años en el cargo de la Liga española. “Y claro, claro, tanto tiempo da para mucho”, se ríe el mandatario gallego, cuatro horas antes del Barcelona-Deportivo. “Pues, mire, Jorge, que para mí es como un ahijado, se estrenó con nosotros, cuando en 1997 aceptamos a Nuno. El portero entonces estaba en el Vitoria de Guimarães. Si no recuerdo mal, pagamos 300 millones de pesetas”. Desde entonces, los dos mantienen “una estrechísima relación”.

“Nuno conoció a Jorge en una discoteca que él mismo montó. Hace amigos con mucha facilidad. Se cayeron bien y una cosa llevó a la otra. Y cuando Lendoiro le trató así de bien… Siempre le estará agradecido ¡Si es que hasta cogía el coche y se iba a Riazor a charlar con el presidente! Podía esperar cuatro horas para tomar un café. Y Augusto le decía: ‘Oye, que falar, falamos, pero no te voy a comprar a nadie…”, recuerdan en su firma. “Tiene un mérito extraordinario”, continúa Lendoiro; “aparte de ser un hombre positivo, que aporta soluciones, se mantiene cerca de los jugadores, pero no se aleja de los clubes. ¡En este negocio, que es como un ménage à trois!”. Después de Nuno le llegó el turno, en el mismo año, a Costinha. El internacional luso militaba en el Nacional, en Segunda. Se contentaba con seguir la Primera División por televisión. Mendes convenció al Mónaco. “Costinha estaba desaparecido, nadie conocía su potencial hasta que le descubrió. Esa operación resume lo que Jorge significa: es amigo, padre, hermano… Es la continuación de su familia. Es el Espíritu Santo”.

“Siendo así, normal que le ganase el puesto a gente más asentada, como [José] Veiga y [Paulo] Barbosa”. Lendoiro es rotundo. Simão, también. “Los mejores quieren estar con el mejor. Aunque los futbolistas hacen al agente. No al revés”, puntualiza con picardía. “Veiga se quedó dormido y no se modernizó. Por eso le dejaron Simão y Maniche”, zanjan en los mentideros de Oporto, capital del mercado futbolístico. “Si es el mejor es porque se desvive por su gente”, refiere Correia. “Los futbolistas deben limitarse a jugar. Que nos dejen el resto a nosotros. Desde dar de comer a sus peces hasta llevarles el móvil a Caracas o hacerles la cena”.

Mendes, entretanto, no habla. Prefiere el anonimato. Así, de paso, la leyenda se agranda

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